La costumbre del poder

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  • César Yáñez como Lino Korrodi
  • Por Gregorio Ortega Molina

RedFinancieraMX

*Todo evento privado o público protagonizado por AMLO y sus colaboradores adquiere la dimensión de un acto político, les guste o no

Me comprometí conmigo mismo a no comentar la boda de César Yáñez, porque lo conocí y dejé de verlo hace al menos 30 años; también porque se supone que Dulce Silva y su familia corrieron con los gastos, pero hete aquí que AMLO decidió echar su cuatro de espadas sobre el tema, y declaró.

Hace al menos 6 lustros escuché a Julio Scherer García y Porfirio Muñoz Ledo dialogar sobre lo privado y lo político; argumentaron sobre el momento en que un aspirante a estadista, a oficiante del poder, hace de su vida privada un evento público, y cómo también pierden la intimidad, reducida a lo que ocurre en el baño.

AMLO se autoproclama líder de un movimiento social, se ha referido a sus paradigmas políticos y muestra inclinación a predicar con el ejemplo, lo que es bueno porque exige congruencia y compromete al resto de su equipo, sobre todo a los cercanos, pero también los colocados a mediana distancia.

La función encargada para que se desempeñe en ella César Yáñez durante el próximo gobierno es de omnipresencia, prudencia, energía y autocontrol. En el momento en que el futuro presidente de México le definió su encargo y se lo encomendó, dejó de tener vida privada, y así debió hacérselo entender a su hoy esposa.

Al hacerse el anuncio de su responsabilidad en el gabinete, del poder por él adquirido, del mandato constitucional que habrá de observar desde el próximo 1° de diciembre, todo evento público, social o privado de César Yáñez y su entorno familiar, adquiere la dimensión de un acto o suceso político, sobre todo si apuestan a la regeneración nacional y a fundar la IV República, ¿o será que son puro jarabe de pico?

AMLO se equivoca cuando asegura que se trató de un divertimento social y privado y no de un acto político, al que acudió como invitado: “No fue una acción de gobierno, se trata de un evento social, privado, yo asistí, desde luego que están cuestionando nuestros adversarios porque andan buscando cualquier posible error para hacernos la crítica, se me hace que tienen derecho a hacerlo”.

Imposible coartar los derechos de cada quien, pero desde el poder, que ya lo tienen, su deber y compromiso es otro, de diferente naturaleza, porque quizá protagonicen la última oportunidad que tiene México para no ser absorbido por la globalización, para que su integración al bloque de América del Norte no imponga como condición perder la identidad nacional, o encerrar a los migrantes, o dispararles.

Me cuentan que Yánez, como Juan Pablo II, se va, pero se queda. Permanece cerca, como Lino Korrodi junto a Vicente Fox. ¿Será?

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