- La presidencia del Senado para el Verde
- Mensaje aterrador para los chiapanecos
- ¿Otro alfil de MVC como gober en el 24?
- Por Francisco Gómez Maza
RedFinancieraMX
La presidencia de la mesa directiva del Senado de la República para un personaje que representa al desgobierno, ya fenecido y marcado por la corrupción, de Manuel Velasco Coello, de nada grata memoria entre los chiapanecos es, no sólo una afrenta, sino un mensaje infame, patético.
El pueblo de Chiapas no vale un comino.
El partido verde sigue viento en popa con la venia del señor presidente y sus adláteres.
Velasco Coello, senador verde “ecologista”. sigue siendo uno de los consentidos de palacio.
Podría esperarse, con el nombramiento de Eduardo Ramírez como presidente de la mesa directiva del senado, que Rutilio Escandón Cadenas, miembro del clan López Obrador-Coello-partido verde, muy queridos por el presidente, ya tiene sucesor en palacio de gobierno de Tuxtla, y un delfín nada respetable como animal político.
Ramírez se ostentaba como dirigente del Partido Verde Ecologista en Chiapas hasta el 2018, luego de fungir como secretario general de gobierno de La Qüija, cuando López Obrador ganó la presidencia y cuando el chapulín comiteco cambió de chaqueta y se vistió de tinto. Velasco Coello no tuvo necesidad de cambiar de camiseta porque no lo requería. Es uno de los consentidos de López Obrador, a ojos vistas.
Ramírez no iba para nada en aquel entonces (2018), aunque corrió el rumor de que sería senador por el PRI – ya ven que los verdes siempre se han caracterizado por oportunistas-, pero por mañosas artes tabasqueñas y coletas llegó al Senado en representación de Chiapas; ahora, el comiteco presidirá la mesa directiva, quién sabe por qué méritos a no ser que se trate de limpiar botas; y no lo dude, en el 2024 estará listo para suceder, por obra y gracia de Andrés Manuel, al hijo de San Bartolomé de los Llanos, quien también fue su correligionario en el Verde.
Pero el interfecto, ahora “presidente” de la mesa directiva del senado siempre ha estado al servicio de los intereses de Velasco Coello, ahora su “par” en el senado. Y el güero tendrá mano en organismo legislativo. Quién sabe por qué artilugios, Zanja Negra se le metió a Ricardo Monreal, quien ¿no tiene ni idea de qué clase de trompo se ha echado a la uña?
Muy poca gente habla bien de este individuo en Chiapas. Político, político, que aplique la ciencia política para lograr el bienestar de las mayorías, ciertamente no es. Ni le interesa. A él no le interesa el pueblo. O le interesa sólo para lograr sus objetivos individualistas, de negocios.
Negociante de la política, por supuesto, como la mayoría no sólo de la indecorosa chiquillada –PAN, PRI, MC etc- sino de Morena.
Es más. A Zanja Negra lo aborrecen los chiapanecos por “algo”, como lo hacen con Velasco Coello, un gobernador que, después de dejarlos irritablemente inconformes, supo colocar a sus empleadillos verdes al servicio de López Obrador, y él mismo aparenta ser uno de sus dedos chiquitos. Todo, gracias al “Abuelo” materno que es como un santón para AMLO.
En Comitán de Domínguez, preciosa ciudad por sus flores, alguno de los apodadores tradicionales, dedicados a bautizar a medio mundo, le endilgó al nuevo presidente del Senado el nada agradable, por fétido, sobrenombre de “Zanja Negra”. No sé si estos detalles los conozca el zacatecano Monreal Ávila, líder de los senadores de Morena y principal impulsor del comiteco.
Y con cuánto entusiasmo, Ramírez fue proclamado por los senadores de Morena como “candidato de unidad”, aplanando los intereses de panistas, priistas, perredistas etc para sustituir a la tabasqueña Mónica Fernández Balboa.
Imagine usted, de gobernador, en 2024, a un empleado de un político considerado, junto con su madre, genio de la corrupción. Un gobernador más en detrimento de uno de los estados donde la pobreza clama venganza al cielo, sobre todo porque es una tierra generosa que siempre ha sido explotada por un puñado de adinerados y el gobierno federal.
Lo que han hecho los políticos contra los chiapanecos no es un pecado venial, diría el catecismo de Ripalda. Es muy grave que cada gobernante llegue a Chiapas como a una tierra de conquista, a devastar, a esquilmar, a despojar, a aplastar y a enriquecerse. Y los verdes no buscan otra cosa. Y ahí estará, en los medios, el comiteco Eduardo Ramírez.
A DESFONDO: Se le hizo bolas el engrudo a Fernández Noroña en su aspiración de ser el presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados. Manuel López Castillo, diputado de Morena que iba a reforzar a la bancada del PT, “decidió” a última hora permanecer en el partido de AMLO y tronó con las ilusiones del aguerrido legislador. López Castillo envió con fecha 28 de agosto un oficio a la Presidencia de la Cámara en el que informa que se queda en Morena. Con esto PT y PRI quedaron empatados con 46 votos cada uno. ¿Y ahora, quién podrá salvar al luchón de Fernando?