Reflexiones sobre Trump y el Mercado de Bonos del Tesoro de EU

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  • La segunda presidencia del magnate tendrá implicaciones de amplio alcance para los inversionistas en todas las clases de activos

RedFinanciera

La segunda presidencia de Trump ciertamente tendrá implicaciones de amplio alcance para los inversionistas en todas las clases de activos. Si bien seguimos siendo optimistas respecto a los activos de riesgo para el resto de 2025, un aumento marcado en el bono de referencia a 10 años del Tesoro de EE.UU. sin duda interrumpiría ese optimismo. Por lo tanto, consideramos que el bono a 10 años del Tesoro de EE.UU. es un barómetro clave para el riesgo y el sentimiento de los inversionistas en 2025.

Los precios de los bonos del Tesoro de EE.UU. están principalmente impulsados por dos factores: las expectativas de inflación y de crecimiento. Muchos señalarán también el financiamiento del déficit y el potencial aumento de la oferta como un catalizador. Pero hemos encontrado que la oferta solo importa marginalmente y rara vez es un motor de la dirección del rendimiento a largo plazo. Así que, si analizamos la trayectoria del bono del Tesoro a 10 años, consideraremos tanto las perspectivas de crecimiento como las de inflación.

Desde una perspectiva de crecimiento, esperamos que el PIB de EE.UU. se desacelere en los próximos trimestres. El gasto en defensa se ha ejercido a un ritmo acelerado. Y aunque ciertamente esperamos que el gasto en defensa se mantenga firme mientras EE.UU. intenta reponer los inventarios agotados, no es probable que persistan los niveles actuales de gasto. También es probable que el gasto del consumidor disminuya a medida que el mercado laboral continúe enfriándose, junto con la desaceleración del crecimiento salarial real. Más recientemente, el gasto e inversión de los gobiernos estatales y locales ha mostrado una fuerte contribución con el crecimiento, y ya estamos viendo que los déficits presupuestarios de muchos estados comienzan a ampliarse, lo que probablemente requerirá recortes al gasto y/o aumentos de impuestos en un futuro cercano. Anticipamos que el impulso fiscal se desacelerará. Sumando todos estos factores, debemos esperar que la economía siga desacelerándose desde este nivel elevado de crecimiento real en los próximos trimestres.

La desinflación sigue en marcha. Ciertamente reconocemos algunos topes idiosincráticos en la inflación en el sector de bienes más recientemente, pero encontramos poca evidencia que respalde la idea de que estos tropiezos son el inicio de un impulso inflacionario sostenido. Más importante aún, la rigidez que vemos en los datos de inflación es en su mayoría resultado de los precios imputados y la vivienda. Las lecturas en tiempo real para la vivienda siguen indicando una mayor desinflación en el horizonte, lo que debería durar hasta bien entrado el año. Con las señales de la vivienda finalmente mostrando una desaceleración y un mercado laboral que apunta a un mayor enfriamiento, vemos pocas razones para creer que la inflación no continuará tendiendo hacia la meta del 2% para finales del 2025.

¿Entonces, qué significa esto para los rendimientos de los bonos del Tesoro? Estabilidad dentro del mismo rango. Con pocas razones para esperar un resurgimiento de la inflación, una subida significativa por encima del 5% parece una probabilidad de bajo riesgo. Y con un crecimiento que probablemente se desacelere, pero desde un nivel elevado, estimamos que el PIB de EE.UU. regresará a su tendencia. Esto probablemente pone un piso para los rendimientos en torno al 4%. Los riesgos evidentes: aranceles que derivarán en una guerra comercial que impulsará los precios al alza durante un periodo sostenido o un estancamiento político en torno al debate sobre el techo de la deuda que resulte en un incumplimiento técnico por parte del gobierno. Son eventos extremos, pero que vale la pena señalar.