- Es lamentable la realidad que atraviesan jubilados, docentes, administrativos y personal manual
RedFinanciera
Ante la esperanza y la lamentable realidad que atraviesan jubilados, docentes, administrativos y personal manual de la Universidad Autónoma del Carmen (UNACAR), en Ciudad del Carmen, Campeche; la comunidad universitaria y Carmelita se ve en la encrucijada de quitarse el lacerante lastre de una política neoliberal y conservadora que rigen y gobiernan las Universidades y de manera muy perjudicial la de estar en el Golfo de México que, en ella si podemos decir la verdad es que no hubo traición a la 4T, a la gobernadora Layda Sansores porque simple y sencillamente Sandra Laffon Leal nunca ha estado ni estará, ni ella ni la familia del poder universitario ahí incrustada y sostenida desde décadas atrás.
En el transcurso de la historia de la UNACAR, cada vez más alejado de su función social para la población a la que deben servir, se han ocupado de saquear sus arcas al grado que el día de hoy está Universidad debe 140 millones de pesos aproximadamente a bancos, hacienda, desvíos de cuentas, a pagos de jubilados, pensionados y trabajadores en activo 3 mil millones de pesos que mañana seguramente les afectará a la familia trabajadora ya que solo para los extrabajadores unverstaros se requieren unos 67 millones de pesos anuales.
Más allá de lo anterior, sus miles de trabajadores, como la gran mayoría de la sociedad mexicana, han puesto sus sueños y esperanzas en un cambio y que, los últimos resultados electorales así lo señalan, han impulsado una verdadera mudanza de todas las estructuras socioeconómicas de nuestro país sin que queden rezagadas las instituciones educativas de los niveles medio y superior y especialmente esta inhumana perpetuidad del pasado.
Universidades como ésta, continúan caminando por el lado contrario a la voluntad del pueblo y de sus mismos trabajadores con tal de tapar la coladera de la verdad histórica administrativa. Más lamentable es que en pleno siglo XXI y a seis años del cambio histórico de la Cuarta Transformación, a los que no piensan, no avalan y no apoyan a los altos directivos empanizados del pensamiento del pasado, son relegados, señalados, discriminados y perseguidos mientras esos mismos altos directivos Universitarios, es sabido y se vio que apoyan e impulsan en el reciente pasado ejercicio democrático del país intereses ajenos a la mayoría de su población y de la ciudadanía mexicana.
Más allá de un Humanismo mexicano, urge en esta sociedad carmelita, a su comunidad universitaria rescatarla de este inhumano trato y escuchar el reclamo que al interior de la misma, silenciosamente se escucha por el saqueo, aprovechamiento, corrupción, despojo, mal trato de que son víctimas muchos seres humanos en perjuicio del ser más importante que es el alumnado y conocido es que con recursos y universitarios han sido políticamente manipulados.
Los trabajadores, jubilados, pensionados e incluso alumnado en estos últimos años a la sociedad mexicana les ha pedido un esperanzador S.O.S.
Es momento de escucharlos ya que es probable que mañana sea demasiado tarde, mientras quienes se han servido de la UNACAR han asegurado el futuro de sus hijos, nietos y bisnietos mientras la humilde clase trabajadora, en ocasiones, no tienen ni para comer.