Textos en libertad / Regresará Catarino Garza y puede regresar Porfirio Díaz

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  • José Antonio Aspiros Villagómez

RedFinanciera

Cuando el próximo 8 de marzo se cumplan 129 años de su muerte, seguramente especialistas mexicanos estarán buscando los restos de Catarino Erasmo Garza Rodríguez, un mexicano que intentó combatir al régimen de Porfirio Díaz mucho antes que Francisco I. Madero, y está sepultado en una fosa común en territorio por ese tiempo colombiano.

El personaje, poco conocido a pesar de su protagonismo en varios episodios históricos, cobró actualidad en estos días porque, autorizados por el Congreso en diciembre pasado para salir del país, 80 soldados y marinos viajaron a la isla Boca de Toros, en Panamá (país separado de Colombia en 1903), para coadyuvar con científicos también mexicanos, que tratarán de identificar sus despojos.

El ahora presidente Andrés Manuel López Obrador, presentó el 14 de marzo de 2016 el libro biográfico de su autoría Catarino Erasmo Garza Rodríguez ¿Revolucionario o Bandido? (Editorial Planeta, 152 páginas) y, cuando asistió a la Conferencia Latinoamericana y del Caribe, celebrada en Colombia en septiembre de 2023, dijo que un grupo de expertos trabajaba en la búsqueda del revolucionario para poder repatriarlo.

Algo similar, señaló entonces, a la autorización mexicana para que, a solicitud del presidente colombiano Gustavo Petro, investigadores de ese país buscaran en La Trinitaria, Chiapas, a su ícono del indigenismo, el general José María Dionisio Melo y Ortiz, quien murió fusilado allí en 1860.

Desde que la Comisión de Defensa Nacional del Senado mexicano otorgó permiso para enviar militares a esa misión, el tema se volvió polémico, pues como elementos de la Comisión Nacional de Búsqueda, de la Secretaría de Gobernación, trabajan en la pesquisa de los restos de Garza Rodríguez, una senadora del partido Movimiento Ciudadano dijo que esa instancia oficial debería abocarse solamente a los casos de más de cien mil personas desaparecidas en años recientes.

Otras voces, entre ellas las de las madres buscadoras, mantienen ese reclamo y han calificado como “un distractor” el rastreo del personaje histórico, lo cual no es así porque el proyecto viene de tiempo atrás a juzgar por los antecedentes aquí mencionados.

Según dijo López Obrador el pasado 17 de enero, ya fue localizado el sitio donde está la fosa común, y los descendientes de Catarino Garza aceptaron hacerse pruebas de ADN para identificarlo. “Queremos traerlo a México para hacerle su homenaje”, explicó, y a pregunta sobre otra repatriación, la del ex presidente Porfirio Díaz, comentó que cualquier mexicano puede serlo sin importar su ideología.

Muchas veces en años pasados se especuló sobre el traslado del cuerpo del Héroe del 2 de Abril de París a México, pero ese pendiente no se ha cumplido porque los gobiernos se han negado a recibirlo con honores como reclaman sus descendientes.

Aunque, según versión del diario La Jornada, AMLO aseguró en esa oportunidad (17-I-24) que “cualquier otro mexicano, de cualquier tendencia política, podría regresar, ¿por qué no? Nada más que lo promuevan, que hagan gestiones”, e indicó -dice el rotativo- “que en el caso de (Porfirio) Díaz, su propio gobierno puede ayudar en lo que se le pida”. No le han tomado la palabra.

Para quienes somos lectores de la revista Relatos e Historias en México, donde escriben destacados historiadores y académicos, Catarino Erasmo Garza Rodríguez no es un personaje desconocido. En su número 164 de junio de 2022, esa publicación incluyó un breve artículo, por cierto plagado de gerundios, que resume sus fracasos militares.

Su autor, el historiador y abogado Tomás Federico Arias Castro, refiere que Catarino Garza nació en Matamoros (actual Tamaulipas) el 24 de noviembre de 1859 y murió a los 37 años en su última aventura armada.

Radicado en Texas desde joven, quiso combatir tanto a Porfirio Díaz, como los abusos contra sus compatriotas en Estados Unidos. Fundó periódicos y sociedades mutualistas, emitió proclamas, sufrió persecuciones y arrestos, lo llamaron bandido  como a todos los que luchaban por la justicia, y su primera derrota militar ocurrió en septiembre de 1891, cuando su pequeña tropa antiporfirista fue repelida en un rancho de Tamaulipas y debió regresar a tierra estadunidense.

Fallaron también sus posteriores intentos, por lo que debió exiliarse y fue cuando conoció a José Martí, quien luchaba por la independencia de Cuba. Decidió apoyarlo a condición de que luego le ayudara a combatir a Porfirio Díaz, y posteriormente se sumó en Costa Rica a colombianos expatriados que participarían en una guerra civil.

El 7 de marzo de 1895 Catarino Garza, ya al mando de rebeldes, atacó el cuartel de policía de Bocas del Toro donde en la madrugada siguiente murió junto con cuatro de sus hombres al ser repelidos por el ejército que llegó a reforzar el lugar.

Arias Castro menciona que a pesar de que Garza fue sepultado en una fosa común, “a lo que siguió una misa y el estallido de fuegos artificiales para resaltar el triunfo de las tropas gubernamentales colombianas”, surgió la leyenda de que en realidad no había muerto y fue visto posteriormente en Cuba, Ecuador, Colombia y Texas.

Tal es el personaje a quien buscan ahora científicos y uniformados mexicanos, un internacionalista que, como dice la sinopsis del libro de AMLO, fue “un revolucionario olvidado que enfrentó a Porfirio Díaz y llamó a derrocarlo 18 años antes de que lo hiciera Francisco I. Madero, en 1910”.

Si logran identificarlo, sus restos regresarían a Tamaulipas según los planes gubernamentales. En cambio don Porfirio seguirá en Montparnasse, pues seguramente sus descendientes renovaron la licencia de uso del lote en ese panteón, que venció en 2021, un siglo después de su reinhumación.

Pero resulta de interés que López Obrador haya dicho al menos tres veces: en junio de 2019, septiembre de 2022 y enero de 2024, que si bien los muertos deben descansar donde se encuentren, vería bien traer los del presidente derrocado en 1911 por la Revolución Mexicana, aunque haya sido un personaje polémico.

Además de que, en octubre de 2020, diputados del Partido Verde propusieron que el gobierno gestione su repatriación, y en octubre de 2023 un diputado de Morena también estuvo a favor, un intento que en décadas pasadas ha sido igualmente planteado, siempre sin éxito.