- Van a las calles mexicanas destacadas
- Por José Antonio Aspiros Villagómez
RedFinanciera
Con nuestro apoyo a los presidentes
saliente y entrante del Club Primera Plana,
José Luis Uribe y Virgilio Arias Ramírez
A mediados de este año 2024, el jefe del Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres Guadarrama, anunció que quitaría los nombres de los ex presidentes Antonio López de Santa Anna y Gustavo Díaz Ordaz a las calles y colonias que lo tuvieran, previas consultas y campañas de información entre los vecinos. Y que, en su lugar, serían puestos los de mujeres destacadas, en consonancia con el discurso feminista de su ex jefa Claudia Sheinbaum en el teatro Metropólitan, cuando fue declarada presidenta electa de México.
Ya ella durante su gestión en la capital mexicana, había hecho cambios parecidos como quitar el nombre Puente de Alvarado a la arteria que ahora se denomina México-Tenochtitlán, o poner estatuas de “heroínas” en el Paseo de la Reforma. En su momento escribimos que al menos dos de ellas, la poeta novohispana Juana Inés de la Cruz y la doctora Matilde Montoya, no nos parecía que fueran heroínas.
Estas acciones contienen un mensaje a la vez político, ideológico e histórico, que en todos esos aspectos alcanzó niveles preocupantes de escándalo diplomático cuando la presidenta decidió no invitar al rey Felipe VI de España a su toma de posesión, porque no respondió una carta del gobierno precedente (AMLO) donde se le pedían disculpas por los agravios de hace 500 años contra los pueblos originarios que ahora son mexicanos y varios de ellos fueron aliados de los conquistadores.
Las acciones encaminadas a sustituir unos nombres por otros más afines a la ideología de los gobernantes en turno, no son una novedad. Lo hicieron los gobiernos del PAN donde ganaron gubernaturas o alcaldías e incluso la Presidencia, para dar presencia a personajes como Manuel Gómez Morín y Manuel Clouthier ‘Maquío’, y tampoco eso fue nuevo, pues el ya rebasado régimen de la Revolución hizo lo propio como cuando cambió el nombre del Teatro Iturbide de Querétaro por el de Teatro de la República, o llenó las calles y colonias con los apelativos de sus figuras importantes: héroes oficiales y ex presidentes.
Entre estos últimos destaca Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970), el mandatario que permanece en la memoria de la gente por la matanza de estudiantes el 2 de octubre de 1968 en Tlatelolco, y fue de los primeros en desaparecer, ya que a finales de septiembre Batres suprimió su nombre en una colonia de los Pedregales de Coyoacán, que ahora se llama Estudiantes de 1968.
Pero, principalmente, según lo había anunciado, los nuevos nombres que sustituirán a los que el gobernante local no desea, serán -o ya son- de mujeres: Rita Guerrero, Benita Galeana, Remedios Varo, Rosario Castellanos, Adela Velarde, Adela Salazar (la Adelita del corrido), Matilde Montoya, Margarita Mondragón, Elena Garro, Elvia Carrillo Puerto y Valentina Ramírez, que fueron activistas, escritoras, artistas o cantantes.
En nuestras visitas de agosto y septiembre a la Ciudad de México, encontramos que la calle Iturbide (en referencia, suponemos, a Agustín de Iturbide), que inicia en la avenida Juárez paralela a la avenida Bucareli, se encontraba cerrada y en obra al parecer de tipo hidráulico, y no descartamos que el gobierno local también quiera cambiarle el nombre, porque el consumador de la Independencia fue defenestrado por los políticos y por la historia oficial y en eso comparten prejuicios ideológicos los antiguos gobernantes priistas y los actuales morenistas.
Pero resulta que con el nombre de Bucareli no se meterán, a pesar de que, por mucho que haya beneficiado a la Ciudad de México, ese personaje fue uno de los virreyes mandados por España durante los tres siglos de dominación que forman parte de los agravios por los que tozudamente se han pedido disculpas al actual monarca español.
Y de vuelta a las calles con nombres femeninos, desde hace un cuarto de siglo hay en esa complicada capital del país una arteria que no existe pero se llama Nellie Campobello, donde viven cientos de familias. Está en la colonia Carola de la alcaldía Álvaro Obregón, y si bien fue proyectada a finales de los años 90 por autoridades -delegacionales entonces- emanadas del PRI, después llegaron las del PRD y tal vez por rivalidades políticas nunca hicieron dicha calle. Eso lo comentamos así en 2011:
“Entre los años 1999 y 2000, más de 1,600 familias que compraron departamentos en el conjunto habitacional Torres San Antonio, en la delegación Álvaro Obregón, recibieron sus escrituras con una dirección inexistente y la promesa de que sería construida la calle Nellie Campobello que se menciona en los documentos oficiales.
“Más de una década después, aún no hay tal vialidad y las autoridades delegacionales y del gobierno capitalino se han desentendido del problema, no obstante que el notario 147 Javier Gutiérrez Silva dio a cada condómino testimonio de que su domicilio era Nellie Campobello # 129, colonia Carola, y así quedó inscrito en el Registro Público de la Propiedad.
“Los más de seis mil habitantes del conjunto tienen todos sus papeles con el domicilio fantasma -desde estados de cuenta personales hasta identificaciones y documentos oficiales incluidas sus boletas de predial y del agua- y están inconformes ante la eventualidad de tener que realizar y pagar los incómodos y números trámites de cambio de dirección en caso de que -como sucedió en la vida real con la famosa escritora, coreógrafa y bailarina- la calle Nellie Campobello no aparezca.”
Y sigue llamándose así, según vimos esta semana en los muchos anuncios por internet de venta o alquiler de departamentos, aunque en realidad el nombre es lo de menos ante problemas cotidianos realmente más severos en ese rumbo, como la falta de agua por largas temporadas, vialidades insuficientes y muy complicadas por la cercanía del segundo piso del anillo periférico en el lado oriente y una avenida muy transitada en el poniente, donde desde hace años se construye una línea del metro, y el surgimiento, que no ha parado, de nuevos conjuntos habitacionales que han provocado sobrepoblación sin que aumenten los servicios urbanos.
Todavía en julio pasado, Batres inauguró en la prolongación de avenida San Antonio, hace mucho saturada de vehículos y viviendas, la Unidad Habitacional Carola, para 375 familias.
Ojalá que el cambio de nombres que no les gustan a los gobernantes por otros que sí, vaya aparejado con mejoras en las calles y colonias donde Díaz Ordaz y López de Santa Anna ya desaparecieron.
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José Antonio Aspiros Villagómez
Licenciado en Periodismo
Cédula profesional 8116108 SEP
antonio.aspiros@gmail.com