- Premiarán entre pares la constancia de periodistas mexicanos
- Por José Antonio Aspiros Villagómez
RedFinancieraMX
Mediante una ceremonia presencial que tendrá lugar el 27 de octubre en el teatro del Congreso del Trabajo (Ciudad de México), por trigésima vez el Club Primera Plana (CPP) hará entrega de reconocimientos a periodistas de todo el país que cumplan este año cinco o más lustros de labor ininterrumpida.
Será la primera ocasión que el CPP lleve a cabo un acto en su nueva sede, y tendrá lugar cerca de cumplirse un año de que fue vandalizada la anterior.
Como lo dio a conocer el Club en su momento, el pequeño inmueble que ocupaba en comodato desde hacía más de tres décadas tuvo que ser devuelto al gobierno en diciembre pasado, al cabo de dos años de intentos fallidos por lograr un refrendo.
Fue necesario que unos vándalos se introdujeran el 2 de noviembre al inmueble y saquearan computadoras, pantallas, bocinas, módem y otros bienes, y destruyeran el cableado del elevador, para que la directiva del CPP encabezada por José Luis Uribe se convenciera de que era mejor entregar el edificio al Instituto de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales, que lo reclamaba.
Los dirigentes del Congreso del Trabajo incondicionalmente ofrecieron sus instalaciones al Club, que desde enero pasado las ocupa pero debido a la pandemia no se habían celebrado actos presenciales hasta ahora que se hará la entrega de reconocimientos.
En la ceremonia habrá dos ausencias lamentables: la del senador tamaulipeco Faustino López Vargas, quien sería invitado especial pero murió en un accidente carretero el 8 de octubre, y la del también recién fallecido periodista Miguel López Azuara.
Este colega era uno de los dos que recibirían reconocimiento por 70 años en la profesión, junto con el decano de la fuente turística Aurelio García Oliveros. Grandes amigos ambos.
Serán más de 200 los periodistas reconocidos por cumplir 25 años o más, por quinquenios, en una profesión peligrosa pero apasionante. Y no serán ni el gobierno ni los dueños de los medios de difusión, sino sus propios colegas a través de un organismo gremial, quienes los distingan de esa manera.
Con esta iniciativa, el Club Primera Plana no premia ni la posible calidad del material periodístico, ni alguna información sobresaliente en particular, sino la constancia de los trabajadores de los medios en un ambiente difícil que causa enfermedades, donde se expone la vida a manos de sicarios enviados por bandas criminales o autoridades, y se corre el riesgo de ser espiado por el poder, aunque éste lo niegue.
Y, de paso, los reconocimientos del CPP son también una suerte de certificado de que, quienes los reciben, son profesionales de la información y no aficionados que difunden sin rigor, contexto, ni ética lo que captan con sus teléfonos.
La salud de los periodistas es un tema poco atendido tanto por las organizaciones gremiales, como por la seguridad social que no reconoce en este sector alguna enfermedad profesional como sería el caso del estrés postraumático, muy extendido según investigaciones al respecto.
Hace una década el neuropsiquiatra de la Universidad de Toronto, Anthony Feinstein, dio a conocer un estudio hecho entre periodistas mexicanos, y su conclusión fue que, quienes cubren información sobre violencia, sufren trastornos psicológicos tanto o más fuertes que los que cubren conflictos bélicos. A semejantes resultados llegó también el profesor de psicología de la UNAM, Rogelio Flores Morales.
Pero apenas ahora alguien se ocupa de combatir de alguna manera el problema: el Centro Knight para el Periodismo en las Américas, con sede en Austin, Texas, que impartirá del 24 de octubre al 20 de noviembre el curso gratuito en línea “Periodistas y salud mental: cómo cuidarnos y promover una profesión saludable”.
En uno de los cuatro módulos del curso, los participantes aprenderán conceptos básicos sobre salud mental, algunas herramientas sencillas para empezar a gestionar el estrés y el malestar emocional (trastornos de ansiedad, depresión y otros), y a tomar conciencia de cómo el organismo se va desgastando día a día sin darse cuenta.
Y aun cuando los científicos dicen que estos males pueden generar instintos suicidas, en el caso de los periodistas en México el problema son los homicidios. Decenas de reporteros, fotógrafos, conductores de programas y otros comunicadores han sido asesinados, presunta o certeramente por informar sobre corrupción de funcionarios, abusos de las fuerzas de seguridad o violencia causada por bandas criminales.
Además han sido estigmatizados y hasta espiados por el poder público. Con un sistema de ataque a celulares llamado Pegasus, contratado por las Fuerzas Armadas, “cientos de periodistas”, según la revista Proceso, fueron espiados durante el sexenio de Enrique Peña Nieto y al menos dos en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
En 2020 también trascendió que por órdenes de su directora Sanjuana Martínez, funcionarios de la Agencia de Noticias del Estado Mexicano, Notimex, denostaron a través del “chat” denominado The Avengers N a ex empleados del organismo y periodistas considerados “adversarios”. La funcionaria ha negado la veracidad de la denuncia, a pesar de las evidencias.
De manera que vivir del periodismo tiene su chiste, y por eso el Club Primera Plana reconoce cada año a quienes cumplen uno o más quinquenios en la talacha, incluso en condiciones laborales tan precarias a veces, que el gobierno federal acaba de crear un programa de seguridad social con prestaciones médicas y económicas para quienes trabajan de manera independiente.
Felicitaciones, colegas.