Terror cósmico en la literatura de H. P. Lovecraft

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  • La biblioteca de Arcadia
  • Por Norma L. Vázquez Alanís

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Como los mecanismos del horror están en la mente humana, el escritor Howard Phillips Lovecraft logró crear relatos de terror sicológico potenciados por algunos ambientes y situaciones recreadas en sus relatos poblados por seres fantásticos, procedentes del espacio y otras dimensiones, capaces de provocar miedo en los humanos.

A través de una cosmología que funde el terror con la ciencia ficción, Lovecraft consiguió llevar la novela de horror tradicional más allá de lo visto hasta la primera treintena del siglo pasado, periodo en el que escribió ‘Historias macabras’, ‘Ciclo del sueño’ y “Mitos de Cthulhu’.

Editores Mexicanos Unidos publicó, dentro de su colección ‘Grandes de la literatura’, once narraciones de H. P. Lovecraft reunidas en el volumen ‘Relatos aterradores. La bestia de la cueva y otros’ (223 páginas, primera edición 2014), con prólogo de Nicolás Cuevas F., licenciado en Letras Modernas; la corrección de estilo, que estuvo a cargo del equipo de producción de la casa editorial, no cumplió con su cometido, pues el texto está plagado de letras de más, de palabras y verbos faltantes, así como párrafos sin concordancia y términos cambiados como “descubrir” por “describir”, entre otras fallas.

Las historias seleccionadas ponen de manifiesto que el autor avanzó de los terrores convencionales hacia el pánico metafísico, el vacío del cosmos, la soledad del hombre en un universo sin moral e impasible hacia su sufrimiento y ello le permitió situarse en el nivel de los clásicos de la literatura de horror.

“Con Lovecraft el terror dio un giro copernicano y se convirtió en horror cósmico: miedo a los espacios infinitos poblados por indescriptibles semidioses amorales, miedo a seres de otras dimensiones”, opina el fundador de la editorial española Valdemar, Juan Luis González, quien ha publicado toda la obra de este autor estadounidense (Providence, Rhode Island, 1890-1937).

Pero es imposible entender lo que su imaginación engendró, sin conocer las peculiaridades de su claustrofóbica existencia propiciada por su precaria salud y la sobreprotección materna; ésta lo convirtió en un ser extraño y atenazado por el miedo hasta provocarle un pavor por lo foráneo. Todos estos elementos, aunados a su afición por las ciencias y la astronomía, dieron como resultado una literatura única, tan original como aterradora.

En ‘Relatos aterradores. La bestia de la cueva y otros’ se incluyen ‘La historia del Necronomicón’ (El libro de los muertos), ‘Las ratas de las paredes’, ‘Dagon’ y ‘El horror de Dunwich’, textos en los cuales aparece una de sus mayores aportaciones a la literatura, una compleja y personal mitología monstruosa de la que nacen los “old ones” o divinidades deformes expulsadas de la Tierra en tiempos prehistóricos y en pie de lucha por recuperar su posesión del planeta.

Según el mismo Lovecraft, todos sus relatos se basaban en la misma leyenda: “Este mundo había estado habitado en tiempos remotos por otra raza, que fue aniquilada y expulsada cuando ejercía la magia negra, pero que sigue viviendo fuera del mundo, estando dispuesta en todo momento a volver a tomar posesión de esta tierra”.

Lovecraft tomó conciencia de la irrelevancia y fragilidad del ser humano en la inmensidad inabarcable e insensible de las galaxias; de ahí su obsesiva representación de la desintegración psíquica ante el rostro de un horror cósmico percibido como ‘la verdad’, indica Paulina Castellanos, colaboradora de la revista Algarabía y especialista en asuntos literarios. Su tema es el continuo asalto por parte de las fuerzas inconscientes de la disolución, de la desintegración, que desembocan en el colapso de la cordura bajo el peso del caos.

Para Castellanos, a pesar de su inteligencia y teorización estética Lovecraft fue un escritor notablemente desigual, sus textos más efectivos son aquellos en los cuales predomina la atmosfera y la trama se mantiene subordinada; su prosa es arrogante, inspirada y original, aunque con frecuencia trillada, derivativa y repetitiva.

Mientras que el escritor francés Michel Houellebecq (Michel Thomas, su nombre real), en un artículo publicado en junio de 2005 por ‘The Guardian’, escribió: “Lovecraft creó un universo abyecto donde el miedo se instala en círculos concéntricos, capa tras capa; un amplio y suntuoso campo circunda a cada uno de ellos y el conjunto que lo rodea es un vórtice de terror puro, hasta que lo innombrable es revelado; este desolado cosmos, en el que nuestro destino sólo es concebido para ser pulverizado y devorado, es absolutamente como nuestro propio universo mental”.

Aunque hay algo que no es muy literario en la obra de Lovecraft, considera Houellebecq, el cuerpo de su obra se puede comparar con una máquina de ensueño gigantesca, de amplitud y eficacia asombrosas; no hay nada tranquilo o discreto en su literatura, su impacto en la mente del lector es salvaje, brutal y terriblemente peligrosa al disiparse.

Lo cierto es que los relatos de Lovecraft alcanzan otro nivel y lograron trascender a través del tiempo, porque se distinguen por su terror cósmico materialista, que hace a un lado los temas comunes del terror como los fantasmas y el satanismo para incorporar elementos de ciencia ficción de carácter extraterrestre y sobrenatural.

En cuanto al estilo, Lovecraft estuvo muy influenciado por sus propias ideas y sus lecturas, muchas de ellas arcaicas, y utilizó la primera persona en sus relatos a fin de que sirviera como caja de resonancia de los acontecimientos. Ello hace que los sentimientos del otro se unan a los del lector y amplíen los efectos del miedo.

Lovecraft manejó el tiempo narrativo y el del lector para que se entroncaran, así lo fantástico aparecería en una dimensión asombrosa. Su tiempo está definido por la atmósfera más que por la acción, ya que el comportamiento de sus personajes se representa como parte de un estado de ánimo para exacerbar el sentimiento de miedo e inestabilidad ante lo desconocido.

De acuerdo con Iván Fernando Rodrigo-Mendizábal, académico, investigador y doctor en Literatura Latinoamericana por la Universidad Andina Simón Bolívar de Ecuador, lo más interesante de la obra literaria de Lovecraft es su variada temática del horror, con una fantasía única, ingeniosa y sugestiva. Además, utiliza un lenguaje que logra describir estados de terror y lugares con peligros inminentes e inimaginables criaturas, producto de su visión del ser humano como un ente insignificante perdido en la inmensidad del cosmos.

Los cuentos cortos de Lovecraft tienen como protagonistas a criaturas horripilantes que llegaron a la Tierra hace millones de años y aún siguen estado aquí, concluye el especialista y agrega que sus obras combinan fantasía y satanismo de una manera muy poco usual, lo cual lo ha situado como uno de los más importantes autores de literatura de terror.