Temporada de anidación suma 114 mil nacimientos de tortugas “boba” en Cabo Verde

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  • En 2022, en isla de Sal hubo 40 mil nacimientos; en isla de Boa Vista, más de 76 mil
  • La tortuga “boba” o Caretta Caretta está clasificada como vulnerable

RedFinanciera

Projeto Biodiversidade y Bios.CV, organizaciones caboverdianas para la conservación del medio ambiente, acaban de presentar los satisfactorios resultados de la temporada de anidación de tortuga “boba” de 2022.

Ambas entidades llevan años contando con el apoyo de la hotelera RIU Hotels & Resorts, que opera seis hoteles en el destino y tiene entre sus objetivos de RSC proteger y conservar su biodiversidad. Los nacimientos se han producido en las islas de Sal y Boa Vista, en Cabo Verde, archipiélago que se ha consolidado como una de las poblaciones reproductoras de esta especie más importantes del mundo.

Esta temporada, la isla de Boa Vista ha albergado el 60% del total de nacimientos de tortuga de Cabo Verde, con 32.868 nidos. De ellos, 6.091 han permanecido bajo el cuidado de Bios.CV dentro de la Reserva Natural das Tartarugas.

El criadero ha presentado unos altos índices de éxito, liberando 38.480 crías al mar. Además, Bios.CV ha logrado monitorear 2.595 de estas tortugas y rescatar 13 ejemplares de la muerte. Por otro lado, la entidad ha realizado experimentos en los nidos para buscar soluciones a la grave amenaza que supone el calentamiento global.

Por su parte, Projeto Biodiversidade ha registrado un total de 16.033 nidos en la isla de Sal. De ellos, 1.715 estuvieron repartidos en los 5 criaderos de la entidad, que liberó 76.231 crías al mar. El de mayor tamaño, situado en la playa frente a los hoteles que RIU tiene en la isla, albergó más de la mitad de estos nidos.

Por otro lado, se patrulló un total de 24,2 km de costa en la isla y se monitorearon 4.266 tortugas. En la isla de Sal, todos los nidos de las zonas urbanizadas están protegidos en criaderos, que juegan un papel fundamental minimizando el impacto del turismo y la contaminación lumínica.

Otro hito importante en esta temporada fue la reducción de las cifras de caza de tortugas, pasando de las 440 capturas de 2021 a las 135 de 2022. Para mayor protección de los nidos, los viveros cuentan con la monitorización y vigilancia de los voluntarios de Bios.CV y Projeto Biodiversidade.

El apoyo de la cadena permite contar con un campamento para parte del equipo de vigilancia de playas, formado por una veintena de personas. De esta manera, se contribuye a la protección de la tortuga “boba”, clasificada como vulnerable por la Lista Roja de Especies Amenazadas de UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Esto significa que su probabilidad de convertirse en especie en peligro de extinción es alta.

La contribución de RIU a este proyecto se enmarca en el objetivo de la hotelera de aumentar su inversión social en todos los destinos en los que opera, equilibrando su presencia empresarial y su involucración en el desarrollo local.