- Desde hace 8 años, Nestlé Cocoa Plan está reactivando al sector cacaotero del país mediante transferencia tecnológica y educación, entre otras acciones
- Para el 2023, la empresa pretende triplicar mediante dicha iniciativa la productividad, de 250 a 750 kg de cacao seco por hectárea en los estados del país donde colabora
RedFinanciera
El cacao es uno de los granos más representativos del país y todo un embajador agroalimentario de México en el mundo. En nuestro territorio se produce sólo una cuarta parte de la demanda total de la industria chocolatera nacional, siendo Nestlé el principal comprador del insumo y un impulsor de su obtención sustentable. Como toda industria, también tiene desafíos y oportunidades de mejora; por lo que a través de la iniciativa Nestlé Cocoa Plan la compañía ha buscado enfrentar estos retos, esperando que para el 2025 se haya capacitado a más de 12,000 cacaoticultores en prácticas agrosustentables.
“El país es considerado la cuna del chocolate gracias al aprovechamiento del cacao desde tiempos remotos; sin embargo, el sector cacaotero nacional enfrenta importantes desafíos para fortalecerse y evolucionar, los cuales están siendo atendidos por iniciativas como Nestlé Cocoa Plan en el territorio nacional desde hace 8 años para su reactivación”; comenta Juan Carlos Peralejo-Serrano, vicepresidente de Chocolates y Confites de Nestlé México.
Algunos de estos retos son:
Relevo generacional.
La edad promedio de los cacaoticultores en estados como Tabasco y Chiapas ronda los 60 años, por lo que es importante el impulso entre las nuevas generaciones por la pasión en la producción del cacao. Una forma de hacer ese pase de estafeta es la “Iniciativa por los jóvenes”, con la que se educa a hombres y mujeres en labores agrícolas para incentivarlos a continuar el legado cacaotero de México; desarrollando agroemprendedores, nuevas fuentes de empleo y arraigo a las comunidades desde una perspectiva de inclusión.
Rezago tecnológico.
El concepto de tecnología va más allá de maquinaria y sistemas computacionales, también representa la transferencia de saberes en torno a mejores prácticas y, en el caso del cacao, el acceso a variedades de plantas optimizadas. Tras siglos de continuar con la producción ancestral del cacao, a la fecha aún queda mucho por avanzar en materia de tecnologización de las tierras y métodos en los cacaotales del sureste mexicano. Para enfrentar este problema, es importante implementar cursos para los cacaoticultores en temas como siembra, control de plagas, fertilización y poda de plantas, entre otros.
Baja productividad.
La poca producción de mazorcas y granos por hectárea del ingrediente primordial para los chocolates, es uno de los retos más comunes en las tierras cacaoteras del país. Aunque existen casos de éxito como el de Carlos Martínez, quien a sus 33 años pasó de obtener 800 kilos de semilla a más de tres toneladas al año gracias al Nestlé Cocoa Plan, aún hay muchos cacaoticultores que batallan por elevar el rendimiento de sus tierras. Para el 2023, la empresa pretende triplicar mediante dicha iniciativa la productividad, de 250 a 750 kg de cacao seco por hectárea en los estados del país donde colabora.
“Nestlé Cocoa Plan ha representado un cambio de mentalidad para todos los cacaoticultores que participamos en la iniciativa, pues tenemos que establecernos objetivos para subir los números de cosecha; hemos avanzado y podemos hacerlo todavía más”, comenta Carlos Martínez.
Plantaciones al final de su vida útil.
En el caso de Tabasco, la entidad cacaotera por excelencia, la mayoría de los cacaotales rebasan los 30 años, por lo que su producción del grano decae y es necesario renovar las hectáreas. Para hacer frente a este reto, se han distribuido más de 1 millón de plantas de variedades mejoradas con el fin de elevar la obtención de semillas por mazorca; tan sólo entre 2019 y 2020, se entregaron a los productores 372,930 ejemplares.
Retorno de inversión.
Debido a que la producción de granos de un árbol de cacao inicia dentro de 3 a 5 años después de haber sido plantado, los agricultores necesitan ser pacientes para aprovechar los beneficios económicos de esta actividad. Sin embargo, hay quien puede llegar a decantarse por frutos con retorno de inversión más a corto plazo.
Una manera de cambiar esta idea es capacitar a los agricultores en mejores prácticas agrícolas, distribuir plantas cacaoteras de mayor rendimiento, desarrollar relaciones a largo plazo con grupos de productores y fomentar la fórmula “mejores árboles + mejores prácticas de cultivo = mejores ingresos”, elevando el bienestar en el campo sin olvidar la reducción del impacto ambiental a través del uso sostenible de la tierra.
Todos reconocen el sabor incomparable de un buen chocolate y cómo una barra se traduce en gratas experiencias de felicidad; pero no muchos están enterados de todo lo que el cacao representa para las comunidades del sureste mexicano y los retos que enfrenta su producción. Mediante acciones como Nestlé Cocoa Plan, la compañía refuerza su compromiso con el campo y la sustentabilidad desde todos los ángulos, para seguir entregando chocolates de calidad que a su vez mejoran las condiciones de vida de miles de personas.