Se comenta sólo con…

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  • El chapo y Lucero Guadalupe Sánchez
  • Por Carlos Ramos Padilla

RedFinancieraMX

Pasan y pasan muchos testigos y habladores (sapos les dicen en Colombia) ante la tribuna que juzga al Chapo Guzmán.

Desfilan nombres, eventos, señalamientos, acusaciones. La estrella última es la llamada chapodiputada, se llama Lucero Guadalupe Sánchez que aquí en México todo negó y ahora con traje de presidiaria habló de lo lindo acerca del narcotraficante, vamos eran más que amigos por decir lo menos.

Esto incomodó por supuesto al delincuente y a su esposa Emma Coronel.

Lucero arrancó en llanto y trato de conmover. Vaya hasta se sabe que en el 2014 estuvieron a punto de aprehenderlos y tuvieron que escaparan semidesnudos.

Escaparon por el hueco de una bañera. Luego a buscar cañerías. Repito, aquí lo negó, allá en Brooklyn cantó y bonito.

Entonces se ve que en nuestra tierra los jueces son muy blandos, suavecitos. Allá, los exprimen, los convierten en soplones (testigos protegidos) y la información la administran conforme a sus intereses.

Coinciden allá y aquí en enjuiciar a los expresidentes. Quieren exhibirlos y el último en pasar por la avenida de los señalamientos es Peña Nieto, que ojo, de acuerdo con los crimínales y sicarios recibió millonadas en dólares y preguntamos sólo por inquietud, y ¿el pago fue su deportación y persecución? Suena contradictorio ¿no?

En México aún se nos deben muchas explicaciones de cómo es que el Chapo escapó del Altiplano desde su baño y por un túnel bien construido. Quizá allá nos den más pistas. Pero por lo pronto y desde hace meses el Gobierno mexicano ha preferido el hermetismo y silencio ante las descaradas revelaciones de quienes han mutilado y torturado a miles de mexicanos.

Diario estos malnacidos intentan dinamitar a nuestras instituciones, a cada sentencia pretenden embarrar prestigios y biografías. Y ahora se sienten sorprendidos que sus amantes, colocadas como legisladoras, esta última Lucero en Sinaloa, tejan sus propias verdades, percepciones y desnuden secretos.

La interrogante es, hasta dónde llegarán las acusaciones, ¿será que un día de estos nos enteremos qué hay órdenes de persecución internacional contra nuestros peces gordos? Porque eso sí, en Estados Unidos nada de amnistías y perdones.