- Sacerdote indigno
- Por Carlos Ramos Padilla (*)
RedFinanciera
El sacerdote católico Alejandro Solalinde representa lo más bajo, vergonzoso y el más evidente ejemplo de la inmoralidad. Su ridícula ambición lo ha colocado en una posición de abierta lambisconería y deja a un lado su misión sacerdotal.
Tendríamos que preguntarnos si El Vaticano habrá de tolerar su conducta como ya lo hizo con Samuel Ruiz, Girolamo Prigione y Marcial Maciel, estos dos últimos personajes protegidos por el ya fallecido Juan Pablo Segundo.
Alejandro Solalinde quiere disfrazar su moral bajo la sombra de los migrantes, aunque él sabe bien el gran negocio de trata de personas a través de los Marasalvatruchas, actividad que ha dejado anualmente 14 mil millones de dólares.
Solalinde gana reflectores opinando sobre la figura de AMLO y ha exonerado a título personal a la secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela, es decir, reparte indulgencias en relación a los poderosos e impacto mediático.
No hace falta que Solalinde oculte los desperdicios bajo la alfombra, le queda más cómodo hacerlo bajo la sotana.
A Solalinde se le resbala hablar acerca de los niños sin medicinas, de los feminicidios, del abuso de los derechos humanos de los migrantes, de los múltiples asesinatos diarios, de la estúpida riqueza de varios miembros del gabinete, de los 26 muertos del Metro.
Para él vale la fotografía con el tabasqueño que lo usa y utiliza para llegar a los feligreses que aún creen en Solalinde.
Ante conflictos mayúsculos de manera cobarde Solalinde decidió exiliarse pidiendo auxilios y apostó al gobierno que, con nuestros impuestos, lo mantuvo en el extranjero. Regresó a México para tener la osadía de comparar a López Obrador con Jesucristo.
A Solalinde se le resbala la tragedia humana y pretende vivir del mercantilismo político y de la necesidad que tiene la población pobre de encontrar la fe.
El Papá Francisco debería dejar en claro su posición con respecto a estos mercenarios dentro de la iglesia, como el activista José Alejandro Solalinde Guerra. Que recuerde el Pontífice como el martes 18 de diciembre de 2018 avaló una sátira del catolicismo al utilizar una figura de un nacimiento, que presentaba al niño Dios disfrazado de López Obrador, al tiempo en que Solalinde acudía y observaba una pastorela de homosexuales en un teatro de la Zona Rosa, en la CDMX acompañado por Martí Batres y otros miembros de Morena.
Esa conducta lo han llevado al extremo de verificar la validez de su ordenación. Sus declaraciones a medios como la revista PlayBoy le han exigido la suspensión de sus actividades eclesiásticas.
Ese mismo año (2018) el entonces obispo de Veracruz, Luis Felipe Gallardo, reveló que Solalinde tiene prohibido celebrar Misa en la Diócesis de Veracruz, “debido a sus constantes ataques a los obispos mexicanos”.
Esa es la categoría del amigo de AMLO y aquí vale recordar en el refranero: “Dime con quién andas y te diré quién eres”.
(*) Conductor del programa VaEnSerio, Mexiquense TV, canal 34.2 (IZZI 135)