- Ideales
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
Llegamos a la última semana del año y cerramos con muchas confusiones y una inconformidad creciente. Pero hablemos de ideales a la ausencia de auténticos líderes que piensen en la nación. ¿Qué es lo que me hubiera gustado escuchar en proyectos y propuestas? A un sujeto convencido de:
Generar entre los jóvenes la idea de una enorme cruzada para rescatar al país generando calidad en educación y exigiendo honestidad en los servicios.
Motivando a una sociedad más participativa, sin confrontaciones, sin radicalizamos, con energía y mucha pasión. Integración.
Llamando a los empresarios e inversionistas a confiar en el Estado de Derecho y con plena seguridad en que la infraestructura generará empleos y utilidades.
Proponiendo a los partidos políticos a enriquecer la vida democrática sin mañas, sin insultos, sin abusos, sin compadrazgos y con la vocación natural de ejercer el poder en beneficio de todo el país.
Generar en las iglesias una renovación de la moral y un reencuentro con los valores.
Buscar más respeto a las instituciones, fortalecerlas y dinamizarlas.
Dar integridad, respaldo jurídico, fuerza y reconocimiento al Ejército Mexicano.
Librar compromisos académicos de mayor relevancia, categoría y compromiso por todos los rectores y directores de centros educativos.
Regresar la dignidad a las personas de la tercera edad no dándoles dádivas sino empleos remunerativos en donde su experiencia genere beneficios.
Provocar oficios de alto rendimiento y dejar que las universidades preparen a gente con talento, con capacidad y credenciales para cumplir con todos los requisitos propios que merecen una licenciatura sin la necesidad de tanto examen extraordinario que sólo obstruyen el ingreso de nuevas generaciones de excelencia.
Estructurar programas para crecer el fomento a programas de identidad nacional y orgullo de pertenencia como los “Pueblos Mágicos”. Ahí el empuje de los grupos indígenas.
Reencontrarnos con el lenguaje que nos distingue como cultos y expulsar a todo aquel que desde el cargo público fomente divisionismo, odios o expresiones vulgares y misóginas.
Llamar a las comunidades con capacidades distintas a mostrar su fuerza con proyectos que den ejemplo y muevan a la participación en grupo.
Quitar todo tipo de privilegios a personajes que a través de las jornadas electorales ocupen un cargo pero que demuestran ineficiencia, omisión, negligencia o abuso de confianza.
Aplicar duras sanciones, fuertes, ejemplares a todo aquel que violente la ley.
Castigar a quien dañe propiedad ajena en cualquier forma, incluyendo a los grafiteros, el castigo sería participar de manera obligada en programas sociales luego de regenerar la zona dañada.
Multiplicar los planes de recuperación ambiental.
Llevar a la cárcel a todo aquel que use a los pobres para enriquecerse.
Premiar al éxito, incrementar ingresos al desarrollador de ideas, proyectos, planes que hagan grande al país.
Construir campañas de recuperación del prestigio de México en el exterior.
Proponer inyectar nuevas tecnologías de energías limpias y dejar a un lado refinerías y consumo de reservas fósiles contaminantes.
Buscar que todos los jóvenes al salir de primaria sean políglotas.
Quitar poder y corrupción a sindicatos y mafias del transporte público.
Aplicar pena de muerte a todo aquel que robe, estafe, viole, sea pederasta e introduzca a los jóvenes en las drogas.
Pero parece mucho pedir, el país no está preparado para estas tareas y todo mientras, como dice el maestro Eduardo Sadot, no sepamos ni jalar la palanca del baño.