- Mario/Belisario
- Por Carlos Ramos Padilla*
RedFinancieraMX
El gran universitario Ing. Ricardo Ramírez, Director General de Servicio Generales y Movilidad de la UNAM me invitó a reflexionar (ejercicio obligado con él) y a discutir (tarea que nos hemos impuesto) un tema por demás inteligente (con Ricardo sólo se puede establecer diálogos inteligentes). Me dijo, el Doctor Mario Molina, recién fallecido lo menos que se merece es la distinción de la medalla Belisario Domínguez.
Esta condecoración que otorga el Senado de la República es el máximo reconocimiento que se genera en ese recinto para los ciudadanos más eminentes. La primera medalla otorgada fue el 7 de octubre de 1953 y la más reciente el 23 de octubre del 2019.
Así se honra la memoria de aquel senador chiapaneco que por su oposición a la dictadura de Victoriano Huerta fue asesinado el 7 de octubre de 1913. Muchos nombres, 69, han quedado en la historia por recibir la gratitud de la nación, algunos obligados, otros polémicos.
Recordamos a Leopoldo Zea, Carlos Fuentes, José Ángel Conchello, Heberto Castillo Martínez, Griselda Álvarez, Miguel León Portilla, Andrés Henestrosa, Héctor Fix Zamudio, Jesús Kumate, Carlos Castillo Peraza, Luis H Álvarez, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel Gómez Morin, Julia Carabias y Carlos Payán, entre otros.
La propuesta para el nacimiento de este galardón fue del Presidente Adolfo Ruiz Cortines bajo la consigna en decreto de “premiar a los hombres y mujeres mexicanos que se hayan distinguido por su ciencia o su virtud en grado eminente, como servidores de nuestra patria o de la humanidad” (ojo, en ningún momento se hace referencia a premiar por facturas políticas y populismo a familiares de guerrilleros/secuestradores con fines electoreros).
Mario Molina no sólo brilla por el Premio Nobel, máxima condecoración del hombre otorgada por el hombre. Las contribuciones del universitario determinaron la supervivencia humana por sus estudios de la capa de ozono y fenómenos naturales que aún poco se entienden por su dimensión e impacto.
En sus últimos meses fue un enérgico emprendedor de nuevas conductas cívicas y sanitarias para contrarrestar los efectos de la pandemia por coronavirus.
Muere a los 77 años dejando un Estela de conocimientos valiosos que engrandecen a la ciencia y a la investigación (para que entiendan estos miopes y retrógrados legisladores que siguiendo órdenes del presidente intentan eliminar los fideicomisos).
Este magnífico mexicano, Mario Molina, saltó de un microscopio en su niñez, a ser ejemplo universal.
Es un pionero (así en presente) y uno de los principales investigadores a nivel mundial de la química atmosférica (que lejos está Mario Delgado de siquiera entender estos conceptos).
Los méritos del Doctor Molina hacen posible entender fenómenos extraordinarios de la naturaleza, como quienes observan de siempre al sol como emisor de vida, pero también como el más severo enemigo de nuestro planeta.
Por la ciencia sabemos hoy que mientras una nave espacial enviada por el hombre al Sol tardaría años una explosión solar con emanaciones de protones y plasma podría llegar a la Tierra en menos de 18 horas tiempo insuficiente hasta para reaccionar.
Lo mismo ocurre y con mayor gravedad con los rayos gama que viajan a la velocidad de la luz.
Esas advertencias, pronósticos, cálculos y medidas de salvación nos las proporcionan esos sabios investigadores que reciben el apoyo social, político y económico para proseguir con sus deducciones, por ello es importantísimo su impulso.
Ricardo Ramírez, estudioso de la historia universitaria, sus creadores y formadores propone, y me adhiero, que la medalla Belisario Domínguez se le otorgue post Morten a nuestro mexicano y universitario Mario Molina.
Ojalá nuestros senadores y la comisión dictaminadora se asomen siquiera tantito a entender la estatura de este prohombre que lleno de dignidad en su campo a nuestra nación.
*Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y tv
*Conductor del programa Va En Serio mexiquense tv canal 34.2