- Manifestación
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
EL gobierno de la CDMX reduce hasta el ridículo el número de participantes en la manifestación del pasado 3 de octubre. Mencionar la cifra “oficial” es darle juego a sus intentos de manipulación.
amlo responde al reclamo colectivo, más no masivo, con que los inconformes deben esperar al proceso de revocación porque según “sus datos” el 70% de la población lo aprueba.
Y lo dije entonces y lo escribo nuevamente, la afrenta, el desafío del presidente a sus opositores sólo consistió en una burla mediática dado que sabemos que él no se irá bajo ninguna circunstancia que obedezca a su voluntad.
¿Pero que ví en la marcha?: una sociedad organizada, respetuosa, educada y demandante. Un enorme grupo de personas limpias ellas y dejando limpio su entorno.
No vi ejercicios de provocación, tampoco enfrentamientos. Un recorrido por el Centro Histórico con disciplina, sin agresiones. Personas que en la, gran mayoría portaban una bandera nacional, ninguna con pica hielos, martillos, pinturas en aerosol ni bombas molotov.
Ningún asistente con el rostro cubierto, ocultando su identidad. No escuche ninguna majadería, difamación, injuria. Si había consignas “Fuera López”; si había peticiones: investigar a Pío López Obrador; si había rechazo, llegar a regímenes como el cubano o el venezolano; si un conocimiento histórico de otros eventos como el desastre ocasionado por el comunismo; si había información detallada acerca del desabasto de medicamentos para niños con cáncer.
Hubo mucha paciencia para formar enormes hileras con el propósito de llegar a diferentes mesas en donde se daba el conteo de las asistencias y se colocaba sobre su vestimenta el número que le correspondía por acudir al llamado. Parecía que entre todos se conocían, nadie arrebata nada al otro, ni su espacio físico.
Todos cumpliendo en lo posible el protocolo sanitario por la pandemia. Todos dispuestos a auxiliar a las adultos de la tercera edad, muchos en silla de ruedas.
Todos aplaudiendo a las comunidades tarahumaras que se dieron cita para hablar de sus desgracias y su falta de abastecimiento de agua.
No hubo alguien que le faltara el respeto al uniforme y autoridad de los policías que en algunos casos formaron vallas humanas durante el recorrido más para mantener el orden que en un brusco intento por reprimir o bloquear. Muchas mujeres policías resguardando sólo a Palacio Nacional. Otros monumentos históricos, edificios públicos y privados tres enormes murallas metálicas no colocadas para los asistentes del sábado, sino para otras manifestaciones previas que dejaron su estúpida huella de destrucción, pintas, daños a joyas arquitectónicas y mobiliario urbano, está fue su firma para protestar y no encontraron otro camino que comportarse como salvajes gritando aplicación a derechos humanos.
Por el contrario, éste sábado 3, ningún comercio cerró, hubo una buena derrama economía en tiendas, puestas de periódicos, vendimia callejera, restaurantes y tiendas de conveniencia. Presentaba su dificultad acceder a un comedero. Miles se movieron en transporte público, eran fácilmente identificables, iban bañados, iban temprano, iban acompañados por sus banderas y tratando temas sobre la situación nacional.
Ninguno se atrevió a secuestrar alguna unidad del transporte público pero ninguno, tampoco, fue llevado al punto de reunión en camiones contratados por el gobierno para llenar plazas. No aparecieron de manera visible, ostensible, políticos, legisladores o candidatos a lo que fuera.
No hubo discursos políticos ni nadie se prestó como engañabobos a prometer lo que no se cumple. En pocas palabras nadie abusó de nadie, nadie engaño a nadie. Vi pocos niños y muchas mascotas. Todos estaban ahí para cambiar, para proponer, para ser mejores, para corregir caminos. Las damas arregladitas, sus acompañantes dando cortesía.
Miles entonando el himno nacional en la plaza cívica más importante del país. Qué no gusto, la evidente descalificación gubernamental; la filtración evidente de personajes grabando, filmando, reportando, escribiendo notas, espiando a los demás, se les conoce como “halcones” en Colombia como “sapos” entre nosotros como traidores chismosos; los raterillos de siempre robando celulares o carteras de los descuidados transeúntes para huir corriendo hacia Moneda o Santo Domingo con el botín; la, absurda ausencia de varios medios informativos y de comunicación que prefirieron dar espacio a notas frívolas que al cambio que necesita la patria.
Se trató de un día singular, en donde la sociedad tomó el corazón de su ciudad, lo lleno de banderas, el comportamiento fue ejemplar tan es así que ya se está demandando otro próximo encuentro que se antoja necesario y urgente. Lo anticipé y lo reafirmo, esto está creciendo y Va En Serio.
*Presidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radia y tv
*Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2