- ¿No qué no?
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
Gerardo Flores Ledesma anticipó en el programa de VaEnSerio de canal 34 TV, lo que hoy es noticia para el Fondo Monetario Internacional, “luego de la pandemia habrá resurgimiento de movimientos sociales” esto es, protestas, manifestaciones, revueltas, confrontación.
Aquí en México nos encontraremos con un país en el desempleo, en la pobreza, con violencia y en la radicalización social. Será difícil la recomposición y tejido social.
Pero hay un aspecto que poco se menciona como un fenómeno adicional al término de las restricciones sanitarias, más no de la pandemia.
Qué va a suceder con la tecnología doméstica, con la forma de entendernos entre nosotros, de comunicarnos, de informarnos, de interactuar. Lo que son las cosas, aquellos que reprendían a los jóvenes por el uso u abuso de celulares, hoy en día su forma de mantenerse vigente es empleando precisamente los “móviles” y otras maneras de saberse presentes como el “zoom” o en el “Skype”. No hay momento en que la gran mayoría deje por un momento el celular. Todos hablan con todos y de todo.
A esto los especialistas llaman “hiperconectividad”. Hoy la tele y la radio han dejado de ser presenciales para convertirse en virtuales y en muchos, muchos casos, con mayor participación de personajes de manera simultánea.
El “whatsapp” sustituye al teléfono, el teléfono de línea es inoperante, los mensajes de voz nos recuerdan el timbre del prójimo cercano y las fotos cámaras hacen a todos reporteros improvisados o aprendices de imágenes de modelos.
Aplicaciones como “TikTok” sustituye a los antiguos comediantes de carpas para elevar el humor de los usuarios dejando a medio vapor a “Snapchat” y en el rincón al cándido “bitmoji”. Google es ahora el maestro clásico de las aulas escolares y Google earth nos pasea por el mundo entrando hasta el domicilio de conocidos en cualquier sitio del planeta. “Waze” no permite rutas seguras, planeadas y cortas.
El “mail” ya es para recursos de oficinas y las aplicaciones de “clima” nos dejan saber si es tiempo o no de regar los jardines. “Twitter” es el Informador, digamos algo así como las ocho columnas de los diarios. Hoy el celular, un teléfono pues, hace la labor de un “medio de comunicación”. Y otras aplicaciones de salud nos regalan la posibilidad de cuidar la nutrición, el ejercicio físico, ritmos cardiacos o niveles de azúcar y colesterol.
¿Ahora pregunto, después del aislamiento seremos auténticos rehenes de las redes sociales? ¿Estrategias comunicación serán de acuerdo a las aplicaciones obtenidas? ¿La información será más confiable en Google que en la pedagogía convencional? ¿Seremos capaces de abandonar la conectividad global o interactuar nuevamente entre seres humanos físicamente? Armando Ríos Piter bien lo anticipó, la pandemia, sobre todo en México, nos desnudó en nuestras carencias.
¿Pero me permitiría añadir, nos acercó al entendimiento de las nuevas tecnologías? Y que conste son preguntas.
En pocas palabras, el mejor aliado del virus es el internet.