- ¿Consulta?
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
México todo vale más que una consulta o peor aún, una imposición. Los técnicos, los que estudiaron y se educaron en el tema han dado con claridad su veredicto sobre Texcoco, el aeropuerto debe construirse ahí. Santa Lucía y Toluca no son viables, menos construir más pistas en el actual puerto aéreo. Me confieso ignorante en el tema como para opinar o decidir sobre este.
Nada sé acerca de cómo colocar una aeronave en vuelo, sus riesgos, sus variantes de presión, sus protocolos en emergencias, no sé la composición de la turbosina. No se leer un radar ni mucho menos establecer coordenadas de ruta. Nunca entendí por qué se desplomó el jet de Mouriño. Tampoco porque se impactó aquel avión DC-10 de Western en lo que es considerado la peor catástrofe en la historia de la aviación civil en México. No sé quién o cómo se decide que avión aterrice antes que otro. He escuchado aquello de “viento de cola” y entiendo eso impulsa a los aviones a ganar tiempo, pero hasta ahí.
No comprendo porque para llegar a la India en lugar de tomar el oeste se prefiere el este. No sé si un avión puedo o no despegar cuando hay ráfagas de viento y a que velocidad. Vamos, ni siquiera sé cómo se logra el equilibrio entre el peso de combustible, de los pasajeros y del equipaje. Pues entonces cómo es que me preguntan, sólo con dos variantes de respuesta si quiero o no un nuevo aeropuerto, creo que si me cuestionan sobre mecánica de suelos reprobaría.
Por lo tanto, no habré de participar, aunque corra el riesgo de que me apliquen el “que me importa”, no quiero ser corresponsable de la decisión más torpe, la que cause daño a nuestra economía y más aún, la que directa o indirectamente puede ocasionar una tragedia con muertos.
No estoy capacitado y menos para que me manipulen, no aceptaré que a esas ocurrencias le llamen “democracia participativa”, ni me piden en estos momentos encender las turbinas de un jumbo o de un Cessna, pues fracasaría.
Me gustaría saber si el presidente electo podría superar un examen para la certificación de un controlador aéreo.
Y no es cuestión de edades, pero estoy seguro que un jovencito que ayer cumplió 18 años no podría saber la densidad de la capa de concreto para las pistas aéreas, luego entonces ni preguntarle a un policía, a un escultor, a un mecánico, a un odontólogo, un futbolista, o un microbusero si sabe cuánto pesa un Airbus. ¿O qué, la verdad usted si se siente con la información suficiente para asumirse como ingeniero constructor de las nuevas instalaciones del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México? ¿Pues entonces dígame, cuántas toneladas de cascajo han sido retiradas o a cuánto asciende actualmente las inversiones comprometidas? Y que conste son preguntas.