- Cultura de servicio
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
Estamos muy acostumbrados a pedir, a solicitar, a exigir y a criticar pero en la mayoría de los casos no cumplimos con nuestras responsabilidades cívicas o profesionales.
Muchos de nosotros estamos molestos con los conductores de las micros, de las unidades del transporte público, pero cuántos nos estacionamos en doble fila sin respetar a los demás. Cuántos nos detenemos en vías primarias para comprar atole o pan de dulce a un ambulante en un puesto improvisado.
¿Conoce usted a algún motociclista que cumplan con la ley? Cuántos hoy hacemos fila en auto sobre calles de alta circulación porque la moda ahora es así llevar el vehículo hasta la puerta de la escuela para dejar o recoger a los niños.
Usted cree que los custodios (guaruras)son ejemplo de respeto a la sociedad? Y hacen lo que hacen porque el que les paga se los permite! Y que decir de las compañías en donde trabajamos? Usted presenta un problema en la señal de su televisión, servicio por el que se paga, y para que lo atiendan le dan cita para recibir a técnico entre 9 y 3 de la tarde.
Así, encerraditos en casa hasta que le venga en gana al especialista llegar. Usted va al banco o a cualquier sucursal de atención al público y de 12 ventanillas están abiertas 3. Usted va a cumplir con su impuesto predial y las filas son monumentales, el trato pésimo y los trámites absurdos.
¡Y les estamos pagando! Usted presenta un retraso en el pago de sus adeudos de bancarios y se va derecho al buró de crédito, es boletinado y además paga una sanción de más del 42% más iva y comisiones, pero que no sea al revés y solicite le impriman un estado de cuenta porque hasta las copias le cobran o le piden se reitere y revise su situación por internet.
Intente como con la asegurador Quálitas, establecer contacto con un empleado para dar seguimiento a su “siniestro” y lo mantendrán en la línea más de 40 minutos para luego escuchar “ Gracias, sigo con usted” y colgar la línea sino es que le echan la culpa al taller o incumplen las cláusulas firmadas.
Y no vaya a ser “puente” porque todas las oficinas cierran, así se trate de una firma internacional, y dejan a un velador de responsable en tanto transcurren cuatro días para regresar a la actividad. Vaya usted a un hospital y en la factura le cobran hasta por “enfermeras” o un par de guantes quirúrgicos pero la tarifa es por una caja de 20 pares los cuales se quedan ahí en las instalaciones.
Por lo general se llama por teléfono a todo tipo de empresas y son contestadoras que lo mantienen con una serie interminable de opciones y nunca existe la que usted necesita y la respuesta inmediata es “su llamada es muy importante, todos nuestros asesores están ocupados”. Uff o intente guardar la calma es la oficina de las empresas de telefonía móvil para resolver cualquier asunto.
Y en estos pocos ejemplos debo decir en nada interviene el gobierno, es una ausencia absoluta de una cultura de servicio y un obligado respeto al prójimo. Mire, la conductora de un taxi se le contrata por eso por ser C H O F E R, y lo primero que hace es violar el reglamento de tránsito y al concesionario o patrón le vale tres pepinos que ocurra en la calle.
Va usted a un evento deportivo y los grandes congestionamientos al salir es por la desobligada conducta de los particulares que quieren ganarles el paso a todos mientras van mentando madres porque todos son imbéciles menos el que grita.
En fin, en naciones, incluyendo a Estados Unidos que tanto calificamos, el principio de la dinámica es la asistencia a los demás, es tratar de evitar problemas o solucionarlos. Es permitir que todo funcione si cada uno hace su parte.
En México se cree tener tal suficiente calidad moral que pedimos a otros lo que nosotros no somos capaces de dar.
En serio, si cada mañana al despertar intentáramos ser amables (por lo menos para dar los “buenos días” o ceder el paso),tuviéramos la disposición de servir en serio y optáramos por pensar que el de enfrente es más inteligente que nosotros no el más tarado, quizá podríamos avanzar más rápido, y que conste, sin el mentado gobierno.