- Frivolidades y ridículo
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
Cuando se presentó un serio problema en el cerro del Chiquihuite aquel 27 de diciembre del 2002, cuando se tomó por asalto una torre de transmisiones, algunos empleados de canal 40 le presentaron una pancarta al entonces presidente Vicente Fox con la leyenda “y la ley qué?
La respuesta del mandatario fue “y yo por qué?”. Esa respuesta además de torpe mostró ignorancia en el tema e irresponsabilidad del actor.
Debo reconocer que a mis compañeros reporteros les faltó agudeza para corresponder a la inquietud “¿y yo por qué?”. Pues porque se trataba de un asunto de carácter federal, nada más.
Ahora que le preguntan a López Obrador sobre la boda de uno de sus más cercanos, Cesar Yáñez, la opulencia y la ausencia de austeridad republicana, su pronta y burlona respuesta fue “pues no fui yo el que me casé!”. Y con eso piensa evadió el tema, su responsabilidad y compromiso.
Pero más aún, en San Luis Potosí, al imponer a un delegado, Gabino Morales, como representante federal se desató la rechifla y enfado contra el Presidente electo y su respuesta fue “no me importa, ademas ustedes son libres y yo también”. ¡Recontra-zas!
Ya pudimos observar el canibalismo político de ellos mismos cuando el Presidente Peña y su esposa aparecieron en una revista del corazón.
Ahora justifican todo de Cesar Yáñez y su dispendio de 10 millones de pesos en su festín nupcial. Pero quisiera saber, qué dirían los morenistas si ante una imposición del mismo Peña Nieto su respuesta fuera “no me importa”.
¿Pues, no que el pueblo es sabio y es quien manda? Y que conste que es pregunta.