- Injustificable
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
En Morelos, López Obrador se vio obligado a responder un cuestionamiento público acerca de la extravagante boda de su ex vocero César Yáñez.
Y justificó dos cosas, que él no se casó y que fue un evento privado y social. Y eso qué ¿eso explica el dispendio cuando en su discurso insiste en la austeridad republicana?
¿Pensará el tabasqueño que lo visto no fue un exceso, una bofetada para todo aquel que le creyó y voto por él, porque dijo que su honestidad, la personal, no permitirá que sus cercanos fueran miembros de una mafia en el poder con beneficios mayores a los del resto de la población?
Y hasta donde sabemos, su ex vocero registraba un salario de 35 mil pesos, pero más aún, su hoy esposa al verse involucrada en una irregularidad que la llevó a la cárcel, al parecer no contaba con los recursos económicos para pagar la fianza que le fijaron.
Pero ellos, los morenistas han, una y otra vez, criticado a los que su jefe califica como “fifis”, antes “pirruris”. ¿Cuántos “fifis” acudieron como invitados a la boda o qué por haber cambiado de partido ya son mágicamente honestos y pobres?
Habríamos de revisar biografías pero no sólo eso, sino las durísimas declaraciones que fueron exhibidas contra ellos por quienes compartieron la langosta en la mesa de la celebración nupcial. ¿Eso es congruencia?
¿Eso es lo más representativo de una moral pública? Que no fue con dinero público, pues entonces de dónde porque el tabasqueño a rajatabla ha desmantelado las figuras de muchos empresarios, empezando por “poncho” Romo al que en su tiempo señaló como “corrupto” por hacer negocios con Zedillo.
Cada quien es libre de contratar los servicios que guste en su celebración, pero el Presidente electo aceptó estar ahí, en donde se compraron 9 mil rosas sólo para una noche, esa misma que muchos mexicanos dejaron de comer y que han sido motivo de discurso político y de campaña proselitista de AMLO.
Un político que durante su administración en el Distrito Federal se transportaba en Tsuru con un chofer que ganaba más que él, pero que hoy acude a eventos insultantes si aún cree que estamos en bancarrota.
Pero como él no fue quien se casó, y lo dijo con una sonrisa burlona, y festejó del gobernador Cuauhtémoc Blanco, pues entonces no hay nada de qué preocuparse, ni siquiera de que su credibilidad hoy ya esté en riesgo, pero en serio, muy debilitada.