- Ahí viene el lobo
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinancieraMX
No sé en realidad si puede en un segundo periodo hacer “grande a América” como lo prometió en su primera campaña electoral. Aún no sabemos con precisión los resultados de su gestión, la actual, pero si es notable la arrogancia con que se maneja, la prepotencia con que humilla y las enormes rupturas que ha tenido hasta con sus propios aliados.
La OTAN, México, Francia…y que decir de sus permanentes rivales como China, Corea del Norte, Venezuela…pero él, Trump, está decidido a repetir cuatro años más en la Casa Blanca con o sin gabinete integrado, con o sin acusaciones demoledoras de prostitutas, con o sin la propia aceptación hasta de los jugadores de la NFL.
A pocos les atrae su estilo, pero la forma en que defiende a los estadounidenses es impresionante, primero está ellos y hasta el último, también ellos. Ha doblegado al insensato e impredecible líder Norcoreano con frases tan sarcásticas como “mis misiles son más hermosos”.
Mantiene fresco el debate con organismos ambientalistas de talla mundial. No se sabe si está cerca o lejos de Vladimir Putin pero de algo si está seguro, muy seguro, y lo ha demostrado, ya encontró la flaqueza, la tibieza, el tamaño pues del gobierno de México. Se salió con la suya, nos doblegó.
Hoy su militarización está en la frontera sur de México y no le costó ni un sólo dólar. De primer rebote nos enviará a 60 mil migrantes ilegales para hacer sala de espera en nuestro territorio mientras decide si les da o no asilo (claro los gastos a nuestra cuenta).
Además, nos vigilará, nos auditará y nos calificará sobre la contención a caravanas de migrantes venidos de Centroamérica.
Así de fácil. Ve desde la sala oval un esquema muy extraño de populismo cargado de discursos cansados y repetitivos contra mafias de poder y corruptos mientras califica a los pobres como “mascotas”, a los diferentes como “fifís” y a sus críticos como ternuritas.
Un gobierno que representado por un austero presidente no se atreve a enfrentar al mundo ni en Davos ni con el G-20.
Él, Trump, no es muy diferente, pero si destaca como el líder del mundo libre que entiende que, en la investigación, la tecnología y la ciencia está el éxito mientras que en México lo más que se propone es mandar a los niños varones con faldas a la escuela. Sí, Trump vendrá, por lo menos con un año de campaña, en donde ya no ofenderá más a México, sino habrá de presumir, de vanagloriarse de cómo se puede “negociar” siempre ganando mientras el Secretario de Relaciones Mexicano dice que no se perdió “dignidad”.
Un Trump que no nos ve como amigos, sino como ilegales, violadores y asesinos que por años hemos tomado ventaja de su territorio burlando leyes. Aquí, bueno aquí, nos desbordamos en halagos al estadounidense abriéndole la mano no cerrándole el puño mientras la austeridad le arrebata medicamentos a los enfermos con cáncer, pero les genera todas las posibilidades de trabajo a los ilegales por un acto de “fraternidad y solidaridad”, aunque muchos de estos se sumen a bandas delincuenciales y del narcotráfico.
Ahí viene el lobo, el que se está comiendo a pedacitos a un corderito muy pero muy ingenuo.