- AGUA TIBIA
- CARLOS RAMOS PADILLA
Red Financiera
Qué bueno que fue, que mal que su presencia fue menor, así, chiquita.
Primero el mal tiño mediático de viajar en línea comercial hasta Canadá para participar en pláticas con miembros del G7.
La presidenta (con a) perdió dos días viajando a una ciudad en Canadá que no tiene conectivodad con nuestro país. Fue primero a Vancouver, luego a Calgary y de ahí a Kananaskis.
Lo curioso es que un avión de la Marina la siguió desde México. No más de seis connacionales la esperaban “de manera espontánea” a las puertas del aeropuerto y de ahí la bajísima tarea diplomática de Relaciones Exteriores.
Ella se movía a la espera de que alguien la reconociera, la saludarla. Los roces necesarios con los enormes estadistas que mueven al mundo no se dio, digamos que sus “negociaciones” se dieron al nivel que podría haber atendido el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.
Trump abandonó la reunión del G-7 por el grave conflicto en Medio Oriente. Canceló la prevista plática bilateral con Sheinbaum quien luego de una llamada telefónica aseguró que cuando tenga tiempo e interés volverá a contactarse con el magnate.
Es muy subrayado el poco interés que despierta nuestro país y su promoción del “plan Mexico” que se desliza muy por abajo cuando aquellos, los grandotes, deciden las estrategias en Israel, Irán, Ucrania, Rusia, Venezuela, Colombia…
La triste fuerza del cabildeo de Juan Ramón de la Fuente cada día lo acerca más a y más al descrédito y más cuando la presidenta (con a) arriba estos encuentros cargada de soberbia exigiendo las disculpas a España y entregando millonarios recursos nacionales a Cuba.
México en Canadá no alcanzó a hervir. Digamos que se quedó en agua tibia tirando a fría.
El populismo oficial y la elección (cuestionada y reprobada por instituciones internacionales) de funcionarios para la Suprema Corte de Justicia sólo le regalaron forzadas sonrisas como de complacencia, pero no más.
Sheinbaum llegó con una muy sucia carpeta de asesinatos y cementerios clandestinos que marcan a México como un terreno altamente peligroso y a las autoridades con muy poca moral para tratar el tema de seguridad.
Nuestros pendientes aquí no se resuelven, se complican y ahora creemos que en Canadá vamos a encontramos con ingenuos.