SE COMENTA SOLO CON…

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  • TIRO AL BLANCO
  • CARLOS RAMOS PADILLA

RedFinanciera

El asesinato del columnista Manuel Buendía cimbró a la clase política del país, consternó a la sociedad y procuró exigencias por garantizar el libre ejercicio del periodismo garantizado en la Constitución.

Desde aquel 30 de mayo de 1984 las cosas han cambiado para mal. México se mantiene como el país más peligroso para ejercer el periodismo en América Latina, fundamentalmente por la “creciente fragilidad de su ecosistema mediático” y “la colusión y miembros del crimen organizado” de acuerdo a conclusiones de Reporteros Sin Fronteras.

Tenemos el deshonroso lugar 124 de 180 naciones en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa. Más de 150 periodistas han sido asesinados en nuestro país desde hace 25 años y 28 han desaparecido. Y eso ya no despierta ni la inquietud ni el asombro de la sociedad, menos del gobierno.

La gran mayoría de los crímenes quedan impunes y el control oficial y presiones a los medios informativos permiten que los casos queden archivados y en semanas olvidados.

Aún con el cobijo constitucional no existen leyes restrictivas que coarten o censuren la libertad de prensa y más ahora que la maquinaria morenista pretende imponer lo que ya se conoce como la ley mordaza traspasando límites hasta para censurar a plataformas y redes sociales. No hay pues seguridad alguna para los comunicadores que son amansados, hostigados, despedidos de sus empleos y en el peor de los casos, asesinados.

Una forma más sofisticada de atentar contra la libre expresión es a través de retirar apoyos económicos y publicidad a los medios de comunicación en un tóxico intento por asfixiarlos mientras en negociaciones turbias de envían listados con nombres de periodistas incómodos al sistema para ser despedidos y evitar su contratación en otros espacios.

Este daño tiene sus graves consecuencias en la democracia que se ve quebrada y sin fuerza para comicios dignos y transparentes.

En conclusión, en nuestro país se mata a más periodistas que en naciones que enfrentan conflictos bélicos. Así de claro.