SE COMENTA SOLO CON…

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  • LA REGÓ
  • CARLOS RAMOS PADILLA

RedFinanciera

Por donde se vea la presidenta (con a) se equivocó y tomó una pésima determinación. Bueno dos: no acudir a la ceremonia fúnebre del PAPA y haber enviado a Rosa Icela.

Y razones son muchas. La fundamental es que Sheinbaum representa al Estado Mexicano. Ella, por voluntad, llegó al más alto cargo político de la nación y está obligada a cumplir con dignidad en nombre de alrededor de 120 millones de mexicanos.

Ella misma buscó el encuentro con el PAPA Francisco como un empujón dentro de su tarea electoral. El Pontífice fue correcto y correspondió a un gesto de nobleza con evidentes impactos políticos. Ahora ella incumple. Fallo la presidenta (con a) porque era una enorme oportunidad de moverse entre los líderes más importantes del mundo. Su sola presencia marcaba un importante mensaje.

Ahí, en el ceremonial, cerca de 50 jefes de Estado y 90 representaciones de alto nivel ofrecieran sus condolencias. Fue, aseguran en la Santa Sede el más nutrido compromiso diplomático después de lo registrado al morir Juan Pablo Segundo.

Está llamada también como Cumbre va mucho más allá de roces políticos, es el tablero de ajedrez del mundo y solamente El Vaticano puede ofrecer estas oportunidades irrepetibles.

Y nuestro embajador Alberto Barranco se limitó a acompañar a una representante de baja marca para esos niveles. Y aquí también se nota, y mucho, la carencia de enormes intelectuales e ideólogos de sello universal para enseñar a las autoridades comprometidas el valor histórico y cultural que esto significa.

Y si en esto Sheinbaum está exhibiendo posiciones personales antagónicas a la iglesia católica, si está mostrando creencias personales o peor aún, presentarse como resaca de una pésima política de amlo por exigir a la Santa Sede explicaciones y disculpas por la conquista, pues estamos en serios problemas.

Decidir no ir a Roma por una gira doméstica saldrá muy caro. Sus asesores y operadores políticos también serás arrasados. Mientras en el mundo impactaba las imágenes de Trump con Zelensky en un par de sillas sobre el esplendor del mármol italiano, aquí en una tarima Sheinbaum reiterando programa de vivienda Bienestar.

Allá planteando el nuevo esquema geopolítico del planeta, aquí haciendo demagogia con la pobreza.

Sheinbaum no preparó siquiera el terreno entre los grandes, los grandotes, para medir las negativas consecuencias de la imposición de los aranceles. Vamos, un acuerdo pudo haber logrado. Allá son ejercicios de poder, aquí mediciones manipuladas sobre la popularidad.

Qué se le puede pedir a Rosa Icela: nada. ¿Ya olvidamos que Trump no invitó a Sheinbaum a su toma de posición? ¿Y que en las poquísimas ocasiones de Sheinbaum en un pasarela internacional, lo ha hecho para hablar de sembrar arbolitos?.

Y en el pesado libro, de los pesamos, en San Pedro, no lucirá la firma de Rosa Icela sino el vacío de Sheinbaum. No hay duda, la regó.