- LOS DE ARRIBA, LOS DE ABAJO
- CARLOS RAMOS PADILLA
RedFinanciera
La actual dinámica de los acontecimientos nos obliga a rastrear en la memoria hechos, datos y nombres que han pasado por la crítica pública y no hace mucho pero que van quedando rezagados y algunos intencionalmente en el olvido.
Garcia Luna, El Chapo, Caro Quintero, la Barbie ya son actores secundarios ante la notoriedad de Archivaldo Guzmán, Ovidio Guzmán y Zambada. Los reflectores ya están sobre ellos. Los que estaban arriba hoy quedan abajo. Incluso el estrellato hoy día pertenece al abogado y representantes de los criminales.
Quièn recuerda ya la intención del gobierno de amlo por obsequiar la libertad anticipada a Mario Aburto, asesino confesó de Colosio y quien compartió espacios carcelarios con el Chapo.
El nepotismo dentro de los cárteles simula a las más penetrantes monarquias en donde la herencia y el poder quedan solamente entre familiares directos.
Al momento de aprehender y extraditar a el Chapo, su hijo Iván Archivaldo recibió el “bastón de mando”. Ovidio estaba tras el trono. Los dos hijos del Chapo eran igualmente perseguidos por instituciones como el FBI y la DEA. Se ofrecían recompensas hasta por cinco millones de dólares. Esperaban la traición de los “sapos” y custodios de los capos. No se diò. Más datos aportaban las filtraciones periodísticas.
Espectaculares también fueron las fugas del líder del cártel de Sinaloa, primero escondido entre sabanas y toallas sucias; el segundo, por un túnel al que se asomaba asombrado Alejandro Encinas, y luego, por las cañerías de un hotel costero mazatleco en su natal entidad.
Tiempos, no hace mucho, digamos medio año, que afloraron las enormes pugnas entre los chapitos y los mayitos no precisamente por las plazas y el trasiego de las drogas, sino por las traiciones y las componendas con agencias de inteligencia extranjeras para buscar protección e impunidad a cambio de la entrega de sus enemigos.
Allá, tras las rejas estadounidenses, los capos mexicanos más peligrosos del mundo, rinden declaraciones que aquí en México no se dieron dado que la protección y complicidad gubernamental les daba tiempo y espacio para operar.
La burla oficial era generarles abrazos y no balazos y amlo convertirse en ministerio público para que, por decisión personal, así lo admitió, dejó en libertad, sin proceso y sin sentencia, a Ovidio.
El Mayo y sus abogados intentan buscar los escondites legales en el proceso para evitar se le aplique la pena de muerte, pero sin duda alguna la protección que persigue es el mejor trueque para regalar información.
Uno de los puntos más crudos que ocupan y preocupan a Morena y al gobierno federal es comprobar que el dinero sucio participó en las campañas electorales, principalmente de amlo.
Ya en meses anteriores se vieron a personajes, incluso el hermano del expresidente, manejar efectivo (“aportaciones”) para el “movimiento” que nunca tuvieron sanción, ni investigación, ni procedencia.
Pero esos incidentes parecerían ser muy menores a las videograbaciones que señalan pronto podrían filtrarse a la opinión pública porque los capos ante todo movimiento de trascendencia, lejos de firmar documentos, colocan cámaras (muestra de ello es el encuentro de amlo con la mamá del Chapo).
En esta feria donde la rueda de la fortuna coloca a unos arriba y luego los hunde hasta el fondo empezará a nutrir sus góndolas con más nombres y apellidos sino no se podría entender la solución a la crisis del fentanilo y otros tóxicos sin llegar, como dicen, hasta sus últimas consecuencias.