- La violencia continúa
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es que la información oficial la tiene el Gobierno y ahora la controla.
Con la desaparición de los organismos internos ( fundamentalmente el INAI) la sociedad se ve obligada a confiar en lo que las autoridades divulguen.
Por ejemplo, señalan que la violencia y los homicidios se han reducido cuando sabemos y notamos que es lo contrario.
Sinaloa arde, Michoacán, Tabasco, Chiapas son apenas una ilustración de cómo el crimen organizado manda y gobierna.
La CDMX no está exenta. No es necesario impactarnos con la noticia de que en Culiacán o Monterrey asesinan a inocentes ciudadanos, incluyendo a niños.
Ya lo habíamos registrado con la masacre a la familia Le Barón. En la CDMX las compañías aseguradoras advierten el crecimiento de robos a autopartes y vehículos pero en la colonia Jardines del Pedregal un par de asaltantes mataron a un vecino al ingresar a su domicilio para despojarlos de sus pertenencias.
Esto activa nuevamente el hartazgo de la población que se siente desprotegida y muy vulnerable. La fallida política de los abrazos permitió un desgarre impresionante.
El número de homicidios es histórico y sin consecuencias para los responsables de aplicar la ley.
La violencia continúa así nos hagan creer que a partir del gobierno de Sheinbaum ahora si aprehenden a cabecillas y capos que al ingresar a los reclusorios viven protegidos, pagan y renta por celdas, se protegen con custodios personales y desde ahí controlan a sus células en el exterior.
A diferentes autoridades les conviene y acomoda el ingreso de estos delincuentes a los penales porque cubren sus cuotas mensuales que les exigen los de arriba.
Sabemos que allá adentro las presiones y descomposición obliga a los internos a convertirse en sirvientes de los “jefes”. Hay mercadería, control de celdas, corrupción en los servicios como en el suministro de alimentos, la visita conyugal es un negocio.
Salir a las calles es correr un enorme riesgo.
Polanco, La Roma, Coyoacán y otras zonas son controladas por “halcones” de narcotraficantes y favorecen las extorsiones a través del “derecho de piso” para brindar “protección” a los establecimientos.
El crimen en Jardines del Pedregal lamentablemente no se trata de un acto aislado representa un acontecimiento más en la larga lista de atentados a la población.