- Resistencia ciudadana
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
Las cosas están cambiando y no necesariamente evolucionando. Ante la narrativa de que no hay oposición, la ciudadanía está tratando de tomar el control político a través de poco más de 46 millones de ciudadanos que no se inclinaron a favorecer electoralmente a Morena, es decir, ni participan de sus políticas públicas o en su caso prefirieron abstenerse.
La primer reacción es la formación de agrupaciones políticas que buscan registro como partido ante el INE. Muchas de estas legítimas, otras tantas propuestas por el mismo gobierno pero disfrazadas, otras con apoyo y financiamiento oculto de políticos oportunistas y fracasados que no encontraron oxigenación dentro de la nómina.
Una lista de 28 agrupaciones de variadas corrientes ideológicas busca engrosar la lista de partidos políticos de México. Entre ellos están un par de grupos de ultraderecha y varias iniciativas de antiguos miembros de la oposición mexicana.
Hay incluso interés de militares en generar un aparente grupo opositor (dicen estar en retiro pero si son activos en las Fuerzas Armadas representa un muy peligroso mensaje y si no lo son demuestran inconformidad entre los uniformados a las disposiciones del gobierno). Llama la atención la presencia de CIUDADANÍA YA por su energía nacionalista y su fuerza cívica. Está conformada solamente por ciudadanos interesados en el país, en su comunidad, sus valores y su futuro. Es una muestra de activismo pacífico pero consistente con misión y visión.
Están ganando adeptos ante las formas equivocadas del gobierno, de los constantes tropiezos oficialistas pero más aún de la creciente violencia y corrupción. Las alternativas de CIUDADANÍA YA muestran variantes e inteligencia para enfrentar los retos de la nación en aspectos urgentes como la educación, la salud, la calidad y dignidad de vida. Cuidarán desde los servicios básicos hasta el comportamiento diplomático nacional. Son tareas de enorme envergadura pero que si pueden proponer en soluciones los ciudadanos libres y ajenos a la descomposición política.
La recuperación de códigos legales, de auténticas leyes que otorguen seguridad y Estado de Derecho son materia de primera línea. Se trata de convocantes que no guardan la necesidad terca de la oposición, sino la integración de nuevas ideas, conceptos diferentes de integridad y de liderazgo bajo la amplia tutela de la experiencia académica, empresarial, social e incluso religiosa. La inclusión es su eje. El insulto, el engaño, la denigración y humillación están expulsados de sus postulados.
El regreso del civismo, respeto a la autoridad, consolidación de escrúpulos, se encuentran en su catálogo de iniciativas. Hay quienes creen que sumar a la ciudadanía es atomizar, pulverizar los votos pero por el contrario, considerar que 46 millones de ciudadanos buscan un cambio no es asunto menor y que son muchísimas personas que pueden buscar su grandeza personal y colectiva fuera de obtener grotescas dádivas que empobrecen más y esclavizan conciencias abusando de la ignorancia colectiva. No más políticos reciclados. En diferentes países, y ahora se suma México, la oferta ideológica que permite creer en izquierda y derechas está desapareciendo. Platiqué con ellos, con los de CIUDADANÍA YA en televisión y son entusiastas, alegres, apasionados. Inyectan vigor. La alternativa es lograr una disciplina ciudadana que busque sólo una meta, una nación más respetable, organizada, justa y libre.