- De ladito
- Carlos ramos padilla
RedFinancieraMX
Lo ocurrido en una fiesta en Minatitlán, o los asesinatos en Tabasco y San Luis Potosí nos detallan lo difícil que se encuentra el país en relación con las fallidas estrategias de Seguridad.
Lo fácil es atribuir los crímenes a carteles mientras estos no reivindiquen los ataques. Ajuste de cuentas es la frase más desgastada.
Una fiesta privada con mayoría de mujeres de la tercera edad y niños ahí presentes. Dicen, buscaban a una mujer “trans” relacionada a un antro “la esquina del chacal”.
Como sea, un atentado de esta magnitud no debe merecer 15 segundos públicos de las máximas autoridades de la nación.
Mire, el día de ayer un hombre desgastado, cansado, fuera de control, sucio trepó a una micro con autorización del chofer en la ruta que sale del Metro Ciudad Universitaria rumbo a Periférico.
Este sujeto impunemente aseguraba haber salido de Santa Martha y pedía ayuda económica porque “esto tarde o temprano reventará”.
No acababa de dejar la unidad cuando subieron dos tipos vestidos igual, camiseta blanca sin mangas, lentes oscuros, gorra beisbolera, pantalón negro, botas y tatuados.
Llevaban dos bolsas negras. Uno se colocó al frente, el otro en la parte de atrás. Ante la mirada de susto y total indefensión estos tipos sacaron de las bolsas paquetes de tres chocolates “con veneno para la suegra y Viagra para su esposo” su tono y mirada eran amenazantes al tiempo que más que pedir exigían una contribución por los dulces que parecía aventaban al pasaje.
Al que no cooperaba sólo le exclamaba “qué tu dama no los merece”. Recogieron uno a uno de los usuarios su mercancía y se bajaron del vehículo no sin antes gritaron desde la escalinata “Gracias chofer” Todo esto ocurrió en menos de un kilómetro de trayecto en donde todo mundo se sintió incómodo, con miedo y quienes pudieron decidieron de inmediato bajarse de la micro.
Se veía, aunque no pasó a mayores, un contubernio, una complicidad con el operador de la unidad.
En pocas palabras, los ciudadanos vivimos atemorizados mientras el gobierno dice que habrá empleos y capacitación mientras manda a la basura una reforma en métrica educativa.
Pero hoy para la autoridad enterarse de asarlos o balaceras es motivo del “neoliberalismo”. Me gustaría preguntarle a quién se transporta en camiones públicos si entiende que es eso mientras un sujeto lo intimida señalando que quiere dinero porque acaba de salir de prisión.
O que entendería de ese mensaje el familiar de esos niños o mujeres baleados en Minatitlán que escuchan que si no fue el “neoliberalismo” el causante son los expresidentes que antes “no se levantaban temprano” para recibir un informe detallado sobre la situación en todo el territorio.
Sin exagerar considero que tuvieron muchísima suerte esos pasajeros de la micro. Por eso, se necesita suerte para contar estas historias, lo demás son obituarios de inocentes masacrados.