- Esto no es democracia
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
Lo que está sucediendo en México no es democracia y hasta el momento no me van a convencer de lo contrario y argumento: un país controlado por un solo hombre ( el presidente) y sus imposiciones, bandos, memorandas y saltándose la ley; una nación dominada por un solo partido político (Morena); un territorio controlado (incluso electoralmente)por el crimen organizado; un espacio en donde se corrompe al Ejército Mexicano por presiones políticas. No puede haber democracia cuando la intimidación prevalece y en el momento en que dos poderes de la Unión intentan desaparecer al tercero.
La democracia no permite que la política se convierta en terreno fértil de mercenarios y políticos que a conveniencia saltan de un partido a otro. En un país maduro ningún exgobernador como Manuel Velasco se presta de mensajero de Gobernación y Palacio para intimidar a un presidente de partido como a su “hermano” Alejandro Moreno.
Tampoco se podría mantener en la pasarela del poder a un “Alito” que sentencia que a los periodistas hay que matarlos de hambre. De Miguel Ángel Yunes Linares ni hablar, un sujeto perseguido por la justicia, abiertamente criticó de López Obrador, acusado por el tabasqueño de corrupto en la Lotería Nacional, en el Issste, en el gobierno de Veracruz y que era director general de Prevención y Readaptación Social y asesor de la Subsecretaría de Seguridad Pública de 1999 a 2000, todo de la Secretaría de Gobernación.
Incluso los entonces perredistas le asociaron con la fuga de el “ Chapo” Guzmán aquel 19 de enero de 2001 de la prisión de alta seguridad de Puente Grande, Jalisco. Ese año, la administración estuvo a cargo del entonces presidente de México, Vicente Fox. Por si fuera poco acusado de pedofilia por varias víctimas de la red descubierta en Quintana Roo.
No es democracia cuando el hambre de las familias es materia de comercio electoral y político del gobierno. Los programas asistencialistas no pertenecen ni al presidente ni a su grupo político, es resultado de la suma de los impuestos de todos los mexicanos.
Ese dinero le pertenece al ciudadano aunque la administración recaiga en el gobierno. No hay democracia en tanto la educación se utilice como método de adoctrinamiento político y la salud como permanente engaño de bienestar.
Y será aún más franco, entiendo que no hay democracia cuando la sociedad no exige, no presiona por el respeto s sus derechos. Cuando día con día es agraviada con insultos, ataques e injustos calificativos. La democracia no es acudir a las urnas dando espacio al abstencionismo o creyendo que por asistir a tachar una boleta su compromiso esta cumplido.
Democracia es y existe cuando las naciones buscan progreso con gente honorable, preparada, justa, que llegan al poder para enaltecer los valores de la comunidad. Hoy vemos a un reventador como Fernández Noroña exigir respeto a los oradores en tribuna del Senado cuando el más indolente e insolente de los activistas ha sido él cómplice de un partido que burla sus propias encuestas para imponer candidatos y juega a una sobre representación para burlarse de los resultados electorales.
Por eso y más concluyó que no hay democracia en México. Una secretaria de gobernación que pierde el estilo y rompe el protocolo republicano para manotear y gritar que su presidente es el mejor de la historia cuando se han roto, desde su oficina con todo el diálogo con otras ideologías políticas.
Aquel parto que tanto se presumió cuando Fox llegó a la presidencia en un ejercicio limpio y pacífico se ha convertido desde entonces en una mercadería política barata que nos acerca a una tiranía.
El pánico se apodera de Culiacán (entre otras zonas) por las balaceras entre grupos criminales pero la prioridad es asesinar al Estado de Derecho y entonces si abrir las amplias puertas a la impunidad y abusos de poder. Si, sin duda y aunque lo miguen, en esta caricatura de democracia hay personajes que más que “doblarse” se venden, se esconden, se transforman en unos cínicos delincuentes (así los ha calificado AMLO) con permiso para sobrevivir a cambio de no operar órdenes de aprensión. Ahí las consecuencias de un partido (PAN) que permite que las curules las ocupen padre e hijo (Yunes) o el otro (Morena) que limpia espacios para que se entorne el hijo del presidente.