- Quiebre en morena
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
La marejada está fuerte dentro de Morena. Los ajustes huelen a ruptura y pleito. Mario Delgado deja un partido, podría pensarse poderoso, pero fuera de control. Lo que en el PRD se conocían como tribus, el desorden morenista se da por protagonismos y privilegios. Veamos, desde Palacio Nacional se levantó una muralla para impedir que Citlalli Hernández Mora se convirtiera en la dirigente del partido del presidente. Su beligerancia pasa de las palabras a los golpes y eso no deja con crédito a las posibles negociaciones a generarse en la administración de Sheinbaum.
El mensaje fue tajante y se determinó que Luisa María Alcalde Luján, todavía secretaria de gobernación , antes del trabajo, asumirá esa posición. El apoyo presidencial es evidente. En Palacio se piensa en la continuidad, trascendencia y permanencia de AMLO en el poder (tras el trono).
Citlali además sabe que no pertenece al círculo íntimo ni de AMLO de la doctora así que lamiéndose las heridas expresó: “es más importante el encargo, que el cargo”. Para cerrar el tema la confrontación entre Delgado y Hernández es más que pública. Delgado desestimó de siempre la intimidad política entre Citlali y Porfirio Muñoz Ledo.
Antes de morir Porfirio rompió con AMLO y con Morena. Buscó la dirigencia del partido y fue sometido a encuestas tramposas y manipuladas que lo hicieron a un lado. Luego entonces la relación entre Delgado y Ebrard e inició una serie de declaraciones temerarias contra el sistema. No hay olvidar que Delgado fue titular de Educación con Ebrard en el gobierno capitalino, luego de ser su secretario de Finanzas cuando se vino el escándalo de la Línea 12 que provocó el autoexilio de Marcelo en Francia.
Queda por definir si Sheinbaum, en estas negociaciones, coloca a alguien de sus confianzas en la Secretaría General ya que impedirá la posible llegada de Ramírez Cuéllar ya que se le atribuye, junto con Madero Batres, el haber obstaculizado la fuerza de Omar García Harfuch al imponer a Clara Brugada para la CDMX. Morena se está acercando al quiebre, muy parecido al del PRI, dado que todos se sienten indispensables, la mayoría cree que puede cobrar facturas por fortalecer el gobierno el federal y los cotos de poder como el de Ricardo Monreal, están produciendo salpullido en más de uno.