- Humberto el cónsul
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
Lo conozco desde hace muchos años. Afable, educado, muy educado, académico e íntegro. Universitario, abogado, escritor catedrático en México y en el exterior. Ha ocupado cargos de distinción. Causo atención y polémica su libro El eslabón perdido: La historia secreta de los magnicidios que cambiaron la historia de México.
Me entero que el tabasqueño termina su gestión como subsecretario de turismo en el gobierno federal y regresa a sus actividades diplomáticas como cónsul general de México en Austin, Texas posición que fue ratificada el 25 de abril pasado por el Senado de la República. Humberto Hernández Haddad fue valiente y enfrentó al sistema político, al gobierno federal y al presidente Ernesto Zedillo por el caso del ex diputado tamaulipeco Manuel Muñoz Rocha y el crimen de José Francisco Ríos Massieu, una historia derivada del atablado aquel 28 de septiembre de 1994. Hernandez Haddad entonces cónsul en San Antonio, Texas, aseguró que “Muñoz Rocha está vivo”. Hernández Haddad declaraba: “solicito respetuosamente al presidente del Consejo de la Judicatura Federal (el ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia) y a la vez presidente de la Suprema Corte, se atienda mi petición de copia del poder notarial (con el que Muñoz Rocha presuntamente autorizó en el extranjero a un abogado para pedir a su nombre la prescripción del delito de homicidio perpetrado contra Ruiz Massieu)”.
El documento notarial era “ la prueba más importante que el PJF tiene ya en su poder, de que el evadido está vivo, de que se encuentra en algún lugar del extranjero y de que mis informes de 1994 lo único que causaron fue la molestia de una organización delictiva que está haciendo de las suyas y a la que nadie le ha marcado el alto”. Humberto aseguró que el 19 de octubre de 1994, cuando fue arrestado el abogado Fuentes León en Estados Unidos, acusado de cohecho, iba acompañado de Muñoz Rocha.
La respuesta posterior del gobierno federal, cuando ya era encabezado por Ernesto Zedillo, fue despedir del cargo a Humberto. El entonces cónsul general de México en San Antonio había notificado por escrito a las autoridades mexicanas, José Ángel Gurria Treviño, canciller, sobre la presencia de Muñoz Rocha en esa ciudad, dos meses después del asesinato de Ruiz Massieu. Zedillo hizo caso omiso a los informes de Hernández Haddad.
En la actual administración le tocó enfrentar asuntos muy delicados como los altos registros que en materia de turismo heredó Enrique de la Madrid, la pandemia de COVID que alteró la dinámica mundial y para cerrar el durísimo impacto del huracán OTIS en Acapulco, sede del más reciente Tianguis Turístico. En todo momento Humberto ha defendido y a dado lustre a los valores nacionales, de eso no hay duda y su experiencia, amplia, en cuestiones internacionales lo coloca en un sitio de privilegio como lo avala la Academia Mexicana de Derecho Internacional. Enhorabuena