- Destrucción
- Por Carlos Ramos Padilla
RedFinanciera
Pudimos constatar el daño que generó OTIS en Acapulco. Las secuelas de pobreza y saqueos fueron terribles, la reconstrucción ha sido lenta aun intentando llevar a cabo eventos como el Abierto de Tenis. La infraestructura permanece muy, pero muy dañada. Pero en los últimos días he sido testigo de dos testimonios videograbados de criminales dando una golpiza a transportistas. Gente humilde, trabajadora, inocente que no recibe la menor atención por parte del gobierno de Abelina López, una mujer incompetente impuesta por intereses políticos y que por el apoyo de Mario Delgado busca la reelección en el cargo de alcaldesa. El silencio, cargado de complicidad de Morena ante los atracos, abusos y amenazas a la sociedad por parte de criminales raya en la degradación absoluta de la política.
Nadie de ese partido ha levantado la voz exigiendo resultados a la Sra López, demandando aplicación de la ley y solicitando, en su caso, una revisión minuciosa de su administración. Después de OTIS Acapulco sobrevive, o eso intenta, al dominio permitido por el crimen organizado. La participación de los gandallas no solamente se limita a la venta y distribución de droga en los antros y vía pública, ya no les es suficiente el cobro de derecho de piso, ahora destrozan el rostro de trabajadores con amplia ventaja y permiso de las autoridades. Dónde está la Guardia Nacional sino extorsionando a automovilistas en la Autopista del Sol, en que se ocupa a los uniformados locales que no actúan sino por el contrario, participan de los saqueos. Ni una sola palabra, ni una instrucción, ni un mensaje de amlo ante estos delitos que para él significan nada en su maravilloso país que inventa cada día.
Ya vimos lo que ocurre en Taxco, en Chilpancingo, en Iguala, en Tecpán de Galeana y fundamentalmente en Acapulco. Y mientras Morena festeja la candidatura de Sheinbaum que se ha especializado en desviar la atención, ser réplica de los pronunciamientos del tabasqueño y vocera de políticos que le rodean y que guardan archivos muy delicados. ¿Me pregunto, qué reacción tendría amlo y Sheinbaum de que estos actos fueran durante administraciones panistas o priistas? Ya vimos y advertimos desde hace tiempo que Ayotzinapa solo representó u trampolín político para las ambiciones de López Obrador, lo mismo que los pobres a los cuales usó, él lo dijo, como estrategia política. La sacudida electoral en Acapulco será demoledora para Morena que ya ve la plaza perdida pero el negocio abierto.