Se comenta sólo con…

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  • Confrontación
  • Por Carlos Ramos Padilla

RedFinancieraMX

En verdad he puesto todo mi empeño no sólo para entender, sino para encontrar lógica y sentido común pero no he hallado ni congruencia ni coherencia.

Amlo es muy hábil para manipular agendas, intenta que hoy se hable de perdones monàrquicos para esconder los ya constantes abucheos con que se le recibe en estadios y plazas públicas.

Sabemos que si envió documentos a la Casa Real y al Vaticano y sabemos que no lo hizo del dominio público.
Dice buscar reconciliación pero aquí, cuando abiertamente se le invita a la unión por el bien de Mexico, señala que los fifis son “ fantoches, hipócritas, doble cara, fantoches, sabelotodo”.

Cuando la polémica estalla hasta la reprobación por buscar al Rey y al Papa, su esposa Beatriz Gutierrez, afirma contundente que “ a los españoles no se les quiere”.

Y ya hay información desde la Santa Sede, el Papa cancela su visita a Mexico para el 2021 y dará prioridad a otros países.

Quizá al líder de la Iglesia Católica no le han comentado que los mexicanos estamos cocinando una República Amorosa con una Constitución Moral. Y mire, no somos historiadores, ni doctos en temas internacionales, pero si leímos y aprendimos historia en la primaria y en la secundaria.

Ahí se nos enseñó que existieron los llamados Reyes Católicos, Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla (1492/1505). Eran soberanos de la Corona de Castilla y de la Corona de Aragón. Reinaron juntos hasta la muerte de Isabel y vendría la dinastía de Juana “La Loca” y Felipe de Austria “El Hermoso”.

Ahí se fundamenta la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna. Y hay que decirlo, la colonización de America, a partir de 1492, modificó profundamente la historia mundial.

Aquí en nuestro continente no era la República Mexicana, era Tenochtitlán , capital del imperio Mexica. Se fundó en 1325 y desapareció en 1521 con la conquista de Hernán Cortés. Estos son datos elementales que ha de conocer bien y mejor el Rey Felipe VI de España.

Esto le otorga la jefatura de Estado y el mando supremo de las fuerzas armadas. Llegó al trono luego de la abdicación de su padre Juan Carlos.

Y rescato estos acontecimiento, siquiera para saber históricamente quiénes son los responsables y a dónde dirigir documentos solicitando perdones.

Pero creerse el salvador, redentor y unificador, colocarse por sobre expedientes y biografías, desafiar a instituciones milenarias y cuestionar a monarquías y papados, va más allá de la temeridad.

Olvida que a su toma de protesta a cargo como Presidente vino a Mexico Su Majestad Felipe en un gesto de reconocimiento y respeto.

Al tabasqueño, el gobierno español le entregó el acta de nacimiento de su abuelo nacido allá, en España, y semanas después, les pide disculpas por agravios ocurridos hace 498 años.

Y eso no es crear un nuevo nacionalismo, es carecer de tacto, de conocimientos y de futuro.

España no es Ayotzinapa, ni el Papa es fifi, el Rey no es neofascista ni el Vaticano cuna de la Mafia del Poder.
Así de simple, ir más allá, o tiene sentido, rumbo, vamos ni conciencia.