Se comenta sólo con…

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  • Falsedad
  • Por Carlos Ramos Padilla

 

RedFinanciera

 

¿Cómo poder escribirlo, explicarlo, describirlo sin que el presidente no lo sienta como ataque, agresión o resultado de una conspiración? Y es revisando su ideología y/o compromisos de campaña vive en un inexistente país e incluso muestra seguridad que las cosas son como él asegura, con sus datos.

Iniciamos el año con un fuerte incremento en los combustibles, nunca antes la gasolina por litro había alcanzado los 29,99 pero llama la atención porque AMLO se COMPROMETIÓ a que su valor estaría en 10 pesos por litro porque acabaría con la corrupción.

Con insistencia se le señaló que las variantes se darían incluso por las cotizaciones internacionales, el tipo de cambio, el consumo…y persistió en su promesa. Recordé en textos anteriores como de manera hábil emplea términos para engañar.

Dijo como Jefe de Gobierno que no subiría el impuesto predial, lo hizo y dijo que no significaban aumentos sino “actualizaciones”.

Pidió juicio político a expresidentes en asambleas levanta dedos y nada no comprobó nada como tampoco la supuesta corrupción en el aeropuerto de Texcoco.

Lleva casi seis años y su COMPROMISO por resolver Ayotzinapa quedó en favorecer la burocracia inútil de Alejandro Encinas permitiéndole dejar el cargo sin responsabilidad alguna para incrustarse en la campaña de Sheinbaum.

De Acapulco ni hablar, redefine su posición de acuerdo a los foquitos navideños encendidos. No acepta que para las necesidades del país el AIFA era innecesario, inoperante y costosísimo, lo mismo que su tren turístico con múltiples fallas, sin trazo, son estudios de impacto ambiental y con un ecocidio insultante.

Para él la falta de atención médica a niños en fase terminal por cáncer es espejo de una campaña “publicitaria” en contra de su gobierno. 

Y todo esto es visible y comprobable, no son fantasías, no son estrategias ni confabulaciones demoníacas y menos confrontación con sus datos. Su administración está sostenida al término de su gestión por todos aquellos que acuso públicamente de corruptos y de pertenecer a la “mafia del poder”. Se burló incluso de la familia Murat, fustigó a Bartlett, mal califica a la institución de la que Juan Ramón de la Fuente fue rector, llama “traidores” a los Ministros y abogados pero sobre protege a Olga Sánchez Cordero.

Protestó cumplir la ley y fortalecer a las instituciones y ha hecho lo contrario. Admitió públicamente no habría cuates, compadrazgos ni privilegios y la experiencia nos dicta lo contrario. Una y otra vez dice defender a la libre expresión y aprueba del despido de colaboradores, los difama y procura que los dueños de los medios apliquen censura en sus espacios informativos. Hay una enorme falsedad en su comportamiento.

No sabe escuchar, pero tampoco aceptar equívocos y corregirlos. Perdona y ofrece impunidad a razón de lealtades momentáneas. Y pregunto: ¿alguien podría refutar lo aquí expuesto? ¡Y que conste que es pregunta!