- Al rescate del prestigio, pero se va
- Por Carlos Ramos Padilla*
RedFinanciera
La contundente decisión de AMLO por no entregar la presidencia pro tempore de la Alianza del Pacífico a Perú, viola el Derecho Internacional y atenta contra las directrices de la Doctrina Estrada.
La Alianza del Pacífico es un mecanismo de integración regional fundado por México, Colombia, Chile y Perú con el propósito concreto de formalizar una zona de libre circulación de servicios, bienes, capitales y personas, dando forma a una intensa plataforma comercial que catapulte a la región de Asia Pacífico.
Y es en este momento cuando Ebrard decide y anuncia que renuncia a la SRE. Parece podría significar el primer rompimiento con Morena y caben varias preguntas: ¿y las demás corcholatas? ¿Quién va a financiar a Ebrard? De hecho, no habrá cambio de ruta a la llegada del suplente de Ebrard porque las imposiciones vienen de Palacio Nacional.
He recordado en colaboraciones anteriores que el Acuerdo Marco fue ratificado por México obteniendo un rango constitucional.
Por ello y en común acuerdo nuestro país está obligado a transferir cada año la presidencia rotatoria, pues la entrega no está sujeta a ningún condicionamiento.
El artículo 7 sentencia que la presidencia pro tempore será ejercida sucesivamente por cada una de las Partes, en orden alfabético, por períodos anuales iniciados en enero (por lo cual Perú tuvo que recibir la estafeta desde el principio del 2023).
En el pasado, México había respetado las determinaciones políticas en materia diplomática fundamentalmente en el territorio latinoamericanas. Durante los últimos 70 años queda el registro que en cuatro ocasiones habíamos tenido diferencias con países: Guatemala, República Dominicana, Chile y Nicaragua. Pero durante este sexenio la erosión creíble de México ha sido evidente. Es la primera ocasión que el gobierno de otro país a través de su Congreso declare persona “Non grato” al presidente mexicano expulsando también al titular de nuestra embajada. Analistas internacionales coinciden en que a AMLO no le corresponde interpretar la Constitución de Perú, ni auditar menos juzgar la legitimidad de un gobierno extranjero, sus procedimientos y sistemas democráticos. Hasta este momento las diferencias con Perú no se han salvado. En estos días el prestigio de México debe ser rescatado. La merma ha sido, sin duda alguna, extraordinaria. Nuestra ausencia parcial en foros internacionales como Davos, merecen un desgaste innecesario. Además de esto el nombramiento de personajes improvisados y sin experiencia en el trato diplomático ha merecido el rechazo y retraso en el beneplácito de algunos gobiernos.
Urge pues una recomposición de nuestras políticas y políticos. Y la toma el primer paso es Ebrard pero repito que lo errático del comportamiento diplomático no presentará variaciones.
*Conductor del programa VaEnSerio MexiquenseTV canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio