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  • El líder que necesitamos
  • Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva y autor de Liderazgo para todos.

RedFinancieraMX

Un nuevo mundo laboral implica que se reconfiguren modelos de negocio y estilos de liderazgo.

Operar virtualmente y con menos jerarquía puede conducir a una toma de decisiones mucho más rápida. Pero también exige un alto nivel de comodidad con ambigüedad e incertidumbre porque los líderes no siempre pueden reunir a todos. Y a veces simplemente no es posible llegar a un consenso o subir y bajar de la cadena de mando lo suficientemente rápido como para tomar decisiones efectivas en el mundo que cambia rápidamente.

Paralelamente,  la transparencia importa más que nunca. Aunque muchos líderes y organizaciones  durante mucho tiempo solían retener o limitar la información, la transparencia es necesaria para tomar buenas decisiones rápidamente. El liderazgo se reconfigura.

Y compartir más información sobre salud, seguridad, finanzas y clientes de manera rápida y uniforme a través de soluciones virtuales u otros métodos interactivos, además del correo electrónico, permite generar confianza y aliviar la ansiedad en las organizaciones.

Dado este mundo virtual, no jerárquico y ambiguo en el que los líderes comparten todo lo que pueden y donde la incertidumbre es una norma, está claro por qué los líderes ven la agilidad y la inclusión como cruciales para su éxito a largo plazo.

La agilidad es la capacidad de pivotar rápidamente, con una mentalidad abierta y flexible, en respuesta al cambio. Lo definimos como la combinación de habilidades como previsión, adaptabilidad, resiliencia y aprendizaje.

 A medida que los líderes se adaptan a este nuevo mundo del trabajo, algunos encuentran formas innovadoras de desarrollar agilidad tanto personal y organizacional.

La previsión logra desarrollarse mediante la curiosidad por las tecnologías futuras y adopción de herramientas de colaboración virtual, conexiones con redes externas e internas para captar señales de cambio, análisis de mente abierta y planificación de escenarios.

La adaptabilidad, en tanto, se catapulta al cambiar las prioridades rápidamente para crear nuevos modelos de negocio y formas de trabajar. Esto implica abandonar viejas mentalidades de trabajo y explotar las oportunidades en los cambio.

El aprendizaje, el tercer factor del liderazgo que exige nuestra era, involucra el  probar ideas, experimentar e iterar continuamente en tiempo real

Quien aprende más rápido tiene la ventaja en un mundo incierto. Los líderes exitosos reconocen lo que no saben, adoptan una mentalidad de crecimiento incluso en los tiempos más ambiguos y se mantienen inquisitivos

Al mismo tiempo, los líderes resilientes manejan el miedo,  incertidumbre y decisiones difíciles. Son  capaces de recuperarse en lugar de quedarse atascados. Son transparentes, positivos y honestos frente a las duras realidades.

Liderar con propósito, explicar el “por qué” y vincular estrategias o decisiones directamente con el propósito de la organización son características que permiten el crecimiento empresarial en tiempos de recesión e incertidumbre.

Un ambiente de trabajo menos jerárquico, en el que la vida personal se comparte junto con el trabajo, crea nuevas oportunidades para construir relaciones de mayor confianza y compromiso a largo plazo. En la construcción de tal escenario el rol del líder es imprescindible.