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  • Transformaciones ágiles
  • Por Alan Ramírez Flores, CEO de Coperva y autor de Liderazgo para todos

RedFinancieraMX

Ante una crisis como la actual pandemia de Covid, la transformación marcó la diferencia entre la permanencia en el mercado o el abrupto cierre de operaciones. Sin embargo, la agilidad también representó un importante factor en la resiliencia organizacional. No bastaba innovar gestión y procesos, también se debía actuar rápidamente en medio del caos y la incertidumbre.

¿Qué tipo de empresas lograron tener oficinas de transformación ágil? Ëstas:

Las que buscaron la transformación en toda la organización. Para ello lograron definir cuándo y cómo se implementaron los cambios y determinar cómo la velocidad se convertía en un elemento esencial en cada fase de la transformación. Las principales partes interesadas, asimismo, debieron ponerse de acuerdo sobre un calendario y un ritmo definidos.

Aquellas capaces de maximizar capacidades, como la contratación y mejora de habilidades de talento. Para transformarse con éxito, la organización debe crear nuevos conjuntos de habilidades para roles clave.

Las firmas que impulsaron la cultura y el cambio. Para establecer un ejemplo para el resto de la organización, los líderes de estas firmas encarnaron los principios, comportamiento y mentalidades que requiere la transformación. También promovieron los beneficios, valores y aspiraciones del cambio a través de exposiciones de carreteras y otras formas de compromiso con la organización en general.

Generaron coaching de líderes senior. Entrenaron a líderes senior para que puedan defender la transformación y liderar con el ejemplo. La agilidad es una transformación de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba. Los líderes senior siguieron el nuevo comportamiento, definieron las mentalidades que importaban y predicaron con el ejemplo. Para servir a la gente, con frecuencia aparecieron en eventos ágiles.

Lograron una gestión de interdependencias. Para ello identificaron dependencias y sinergias potenciales y sirvieron como el punto de compensación final para las decisiones críticas.

Crearon y perfeccionaron las mejores prácticas. A medida que se desarrolla la transformación, la empresa ágil evolucionó su pensamiento sobre las mejores prácticas y sobre el comportamiento que toda la organización debe adoptar.

Si algo aprendimos en la pandemia fue a lidiar con acciones reactivas y apostar más por la proactividad en todas las áreas de trabajo. También a dimensionar la trascendencia de las decisiones y a maximizar los recursos.

Y algo que llegó para quedarse, sin duda, es la velocidad para adaptarnos al entorno y generar propuestas sobre la marcha. No se trata de accionar la palanca cambio sin tener en cuenta cómo se beneficiará realmente la empresa y cómo enriquecerá las experiencias de compras de nuestros consumidores. Sin embargo, los principios ágiles se convierten en la norma en todas las industrias.