- Por Miguel Ángel López Farías
RedFinancieraMX
El efecto continua, los ecos de la marcha y sus resultados son tema de innumerables mesas, son muchos los ojos que sorprendidos se miran ante el estallido de la voz de cientos de mujeres que tomaron las calles de la ciudad, se le ha bautizado como el nuevo feminismo, y hay mucho de razón en ello, pues ya no se trata del acostumbrado reclamo por el derecho al aborto, aquí nos enfrentamos a algo mucho más sensible y generalizado : la violencia en todas sus expresiones en contra de ellas.
Decíamos ayer que no podemos quitar ni una coma al reclamo, es legítimo por donde se le vea, y que los daños son parte de esa colateralidad injustificada pero que se da, más cuando se trata de la turbamulta, en donde las pasiones y enojos no pueden ser contenidos.
El estado mexicano se está tardando en reaccionar, no sabe qué hacer ante este evento, la respuesta de la jefa de gobierno fue dubitativa, errática, claro está que al final del día se tuvo que sentar a dialogar con las cabezas de la manifestación pero el resto del cuerpo de gobierno no da luces de haber entendido el mensaje, y cuidado, no se ve por ningún lado el que ellas estén dispuestas a bajarle a la intensidad de lo que exigen.
El tema es cuantos estados más de la república se sumaran a esto que bien podría irse generando como la bola de nieve del nuevo feminismo…las chavas que pudimos observar, las que no traían el rostro tapado, mostraron tal nivel de furia que debería ser anotada por los observadores del gobierno, no hablo de las que vandalizaron o quemaron o destruyeron, esas cubren la cuota del sospechisismo de las infiltradas, sino aquellas que con hijos e hijas pequeñas, que con lentes de intelectual, con mochila a las espaldas , de coleta y tenis levantaban el puño gritando ese desesperado lamento de justicia, un grueso de ellas son de la generación millenial, las redes sociales son su campo de debate y ahora las calles se convirtieron en trinchera.
Cuidado, el gobierno les ha arrojado una aspirina, pues aunque se refuercen las medidas de seguridad para ellas, aunque se coloquen más camiones exclusivos para nuestras damas, aunque se les extiendan los vagones en el metro , el tema rebasa por mucho esas medidas precautorias, y aquí hace falta un replanteamiento del modelo de justicia social y legal, que se abra un amplio debate y que sea incluido en el nuevo modelo educativo, pues esto de la equidad pasa necesariamente por lo que les estamos enseñando a nuestros hijos.
Las mujeres están furiosas y tiene razón, comencemos por aceptar ese hecho y buscar la manera de que México se convierta en un santuario para ellas, claro, sin aplastar a nadie, sin demeritar el papel de aquellos buenos hombres, y sin con la búsqueda de algo que sea diferente a la violencia…aquí, el gobierno está obligado a fijar esas líneas de acuerdos, trabajar más en la concreción de proyectos y mensajes que vayan modificando las reglas de convivencia con ellas…¿que piden? Sencillo: que el mundo creado por y para el hombre las incluya, que las leyes sean mucho más duras y efectivas a la hora de castigar a un violador, a un secuestrador, a un asesino…no escuche que exigieran más plazas laborales, ni mejores salarios, ni que se les mejore la atención medica…no, se trata de su seguridad, de lo fácil que es en este país levantarlas, comerciar con ellas, abusar de ellas, matarlas, golpearlas…¿en serio nadie se había dado cuenta de eso? ¿de la cantidad de niñas violadas? ¿de las que son prostituidas en acapulco o quintana roo? No solo las manoseadas en el metro, se trata de algo realmente angustiante… ¿será tan difícil entender esto en un gobierno y su aparato de leyes? Pensemos: estamos insaculados de una cultura en donde todo se podría resumir en esto: ¿cómo se le dice a un hombre que puede sostener varias amantes? ¿y a una mujer que haga lo mismo?