Perfiles Políticos

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  • Sexenio perdido
  • Por Francisco J. Siller

RedFinancieraMX

Al paso que vamos, la recuperación económica del país llevará prácticamente el resto del sexenio. Así el presidente Andrés Manuel López Obrador entregará el 1 de diciembre de 2024 en condiciones similares –o menores– de crecimiento económico como lo recibió en 2018.

 

Y es que para este año, los analistas y especialistas del Banco de México han decretado que habrá una caída del PIB superior al 7.27 por ciento, lo que significa que la recuperación será lenta y dolorosa para los 6.5 millones de empresas pequeñas y medianas que existen en el país.

 

Así es que sí tenemos una recuperación económica del orden del 2 por ciento anual a partir del año próximo y si ese porcentaje se mantiene, recuperar la baja en el PIB llevará por lo menos tres años y medio. Además que se debe trabajar para mejorar el riesgo país y recuperar las calificaciones crediticias de la deuda soberana y de la paraestatal Pemex.

 

Sin embargo uno de los mayores retos es recuperar la confianza de los inversionistas nacionales y extranjeros que ha sido lesionada desde el inicio de este sexenio, primero con la cancelación del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México o el más reciente, el de la cervecería que Constelation Brands construía en Ensenada.

 

El último golpe a esa confianza la dio el Centro Nacional de Control de Energía al frenar la marcha de plantas de productoras energía elecrica eólica y solar, pues está visto que desde principios de este gobierno se han puesto toda clase de obstáculos, con el simple pretexto de favorecer a la CFE.

López Obrador debe entender que sus decisiones de política económica y los mensajes encontrados afectan el clima de negocios y de no corregir el rumbo con políticas claras y certeras, la inversión privada de seguro será impactada en los próximos años así como el crecimiento económico.

Cierto es que no todos los problemas que aquejan al país son causados por el deficiente gobierno que tenemos. La situación de la economía global de seguro dará un severo golpe a las economías emergentes –entre ellas la de México– y que seguramente impactarán las exportaciones nacionales y el tipo cambiario.

Aunque tarde, este sería el momento para tomar medidas precisas y reencausar recursos públicos para apoyar un plan contracíclico perfectamente diseñado, con la participación del sector público y de los empresarios que son los que garantizan la creación de empleos que tanto necesita el país.

Pero eso no sucedera mientras López Obrador no desista en mantener sus llamadas obras faraónicas que estan consumiendo miles de millones de pesos del erario, y no solo este año –sino de los dos siguientes–, en los que la incertidumbre seguirá y que no se paliará solo con la retórica de las mañaneras.

Todo hace ver que inexorablemente nos dirigimos a lo que será un sexenio perdido…