- TURISMO SEXUAL INFANTIL
- Por Ricardo Contreras Reyes
RedFinanciera
Más de 600 mil turistas sexuales de todo el mundo, principalmente de Estados Unidos y Canadá, viajan cada año a nuestras paradisiacas playas para disfrutar de placeres prohibidos con niños y niñas mexicanas.
En el México de la corrupción y de los “otros datos”, el país se ha convertido en uno de los principales destinos, después de Tailandia, donde se consuman deplorables delitos sexuales contra los infantes con total impunidad.
Quizás el tema debió abordarse en el marco del 49 Tianguis Turístico 2025, recientemente realizado en Tijuana, Baja California. En la Cámara de Diputados, cosa rara, la propuesta para proteger a la infancia de los depredadores sexuales se aprobó por unanimidad el pasado 29 de abril.
La diputada panista Tania Palacios Kuri, quien preside la Comisión de Turismo, presentó ante el pleno la exposición de motivos para realizar adiciones al artículo 58 de la Ley General de Turismo, en materia de acciones para evitar la posible comisión de delitos contra la integridad de niñas, niños y adolescentes.
La propuesta exige a los prestadores de servicios identificar a los acompañantes de menores y acreditar el parentesco, la patria potestad o tutela. Asimismo, se les exige denunciar ante la autoridad competente cualquier sospecha detectada. De lo contrario, se les negará el servicio.
“Que todo México se active si un solo niño está en riesgo”, expresó la legisladora.
Como bien menciona la diputada federal, el abuso sexual se esconde en las playas de arena blanca y en los hoteles de 5 estrellas, en las niñas y niños vendiendo pulseras, “es un crimen que mancha nuestro turismo”. Cada día en México más de 4 niñas y niños son víctimas de abuso sexual, según datos del INEGI.
DESORDEN PATRIÓTICO
Los habitantes de la alcaldía Gustavo A. Madero exigen a las autoridades de la demarcación y de la CDMX, poner un alto al desorden que ocurre en el llamado pueblo de San Juan de Aragón, durante los festejos de la batalla del 5 de mayo.
Esta fiesta dura tres días en la que los participantes hacen explotar rifles y cañones artesanales cargados con pólvora y recorren calles y avenidas en un tumulto ensordecedor, sin vigilancia alguna.
Las comunicaciones viales en las avenidas se interrumpen, el tránsito se obstruye y la línea 6 del Metrobús deja de funcionar en los días que dura la “patriótica” celebración.
A quienes salen a las calles a festejar ni a las autoridades les importa en lo mínimo las molestias que provocan a la gente de zonas aledañas, ni la contaminación ni las contingencias ambientales por la saturación del ambiente con humo dañino y el olor a pólvora. Por la escasa vigilancia en el lugar, quienes toman parte en la fiesta no tienen impedimento de tomar bebidas embriagantes, ni de convertir las calles en un basurero con todo tipo de desechos.
Desde años pasados, se han registrado hechos violentos con personas fallecidas y accidentes, por el mal manejo de los explosivos.
Este festejo de mucho orgullo histórico, se ha convertido en un relajo en el que el único interés de los participantes es el desorden porque la mayoría no sabe ni que se sucedió en esta fecha.
La gente afectada pide a la jefa de gobierno de la CDMX, Clara Brugada, su intervención para que se restrinja la duración de esta fiesta por todo lo que provoca, pérdidas económicas, contaminación ambiental e interrupción vial para la libre comunicación.
Periodista
@PeriodistaRCR