- Por José Vilchis Guerrero
RedFinancieraMX
López Obrador quiere a la prensa incondicional y los medios del lado de la 4T
Inesperadamente y de una forma poco entendible; inusual por lo menos, el presidente Andrés Manuel López Obrador, acusó a medios de comunicación de obstaculizar la transformación que emprende su gobierno. Afirmó que la “buena prensa” tiene que estar incondicionalmente del lado de la transformación del país.
Lo que en otro tiempo se hubiera podido entender como un error garrafal, a López Obrador se le salió una expresión jamás imaginada ni en los peores momentos: “(la revista) Proceso no se portó bien con nosotros”. Y por declaraciones anteriores, queda claro que el jefe del Ejecutivo respeta la libertad de expresión y la función de los medios, pero no los entiende: su función es informar y no están para portarse bien. ¿Cómo se entiende esto?
Tampoco fue muy preciso al calificar, de manera general, a periódicos y revistas por no haber denunciado ni dado a conocer a la opinión pública los detalles de la corrupción que había en el país antes de que él asumiera la Presidencia. Por supuesto que desde tiempo inmemorial la prensa ha señalado la corrupción de los políticos y gobernantes, líderes sindicales y empresarios. Y sigue.
Ejemplos hay muchos. Sobran las investigaciones periodísticas que dieron cuenta de la corrupción de gobernantes y militares que fueron sobornados en las décadas de los años setenta y ochenta por los narcotraficantes Caro Quintero y Félix Gallardo, entre otros, dicho por ellos mismos en declaraciones ministeriales. Se hicieron públicas las nóminas en las que figuraron los nombres de generales del gabinete de los presidentes Luis Echeverría y José López Portillo, un gobernador de Jalisco y relevantes empresarios.
Otro ejemplo, en el año 2000, cuando se fue de Los Pinos el PRI a la llegada de Vicente Fox, se hizo público el llamado “Pemexgate”, que motivó al entonces Instituto Federal Electoral (IFE) para interponer una multa millonaria al PRI por el desvío de mil 500 millones de pesos del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana para apoyar la campaña presidencial del PRI.
En los primeros meses del sexenio foxista los medios de comunicación dieron cuenta y se difundió ampliamente la multa de 497 millones de pesos que aplicó el IFE a la organización Amigos de Fox, mediante la cual la coalición Alianza por el Cambio, que llevó a Vicente Fox a la Presidencia, y triangulo recursos de manera ilegal. También se difundió cómo el Cisen espió a Fox siendo candidato y luego como Presidente de la República.
Se recuerda con cierta picardía una investigación que puso al descubierto en 2004 actos de corrupción documentados de la asociación Vamos México que presidía la Primera Dama, Martha Sahagún, organización de la que pudo comprobar que recibió recursos millonarios de la Lotería Nacional, operación en la que también se involucró a los hijos de ella. Hace unos días se difundió que en la anterior administración de Peña Nieto les fueron condonados miles de millones de pesos por una evasión fiscal de las empresas de los hermanos Manuel y Jorge Alberto Bribiesca.
La historia fue develada hace dos sexenios -en el gobierno de Vicente Fox-, sobre la intervención de Marta Sahagún para favorecer con contratos de Pemex a Oceanografía, naviera ligada con sus hijos, y que ha resurgido nuevamente, no precisamente porque se vaya en busca de responsables, o para investigar un tráfico de influencias, sino por un fraude que esta empresa habría cometido contra Banamex, por lo cual fue asegurada por la PGR en marzo de 2014.
Incluso se formó una comisión investigadora en la Cámara de Diputados en 2005 y 2006, pero tal como lo denunció la entonces presidenta de la comisión que se conformó para este asunto, Malú Micher, se le dio carpetazo al caso. La comisión, que a la postre quedó diluida estableció en 2006 que “existen elementos suficientes contra los hermanos Bribiesca por delitos de tráfico de influencias, información privilegiada, dudoso origen de los recursos económicos empleados y delitos fiscales”.
Amplia cobertura tuvo -también en el sexenio de Vicente Fox- una investigación periodística que descubrió un gasto de 4 millones de pesos de la Presidencia para equipar unas cabañas mandadas a hacer por Fox y Sahagún en Los Pinos, principalmente la adquisición de toallas bordadas por 4 mil 25 pesos cada una, fue el caso conocido como “Toalla-gate”.
Una de las más relevantes y tal vez la que culminó el sexenio de Felipe Calderón en los medios fue la cobertura a la investigación de la Auditoría Superior de la Federación, que concluyó que el costo de la construcción de la Estela de Luz en Paseo de la Reforma tuvo un costo de mil 304 millones 917 mil pesos, con un sobre costo de 192% que fue atribuido a las irregularidades en la compra de materiales.
En el sexenio de Enrique Peña Nieto los casos de corrupción que se difundieron ampliamente fueron múltiples, pero el caso icónico de la administración anterior fue la compra de una casa a la empresa Higa, la favorita del gobierno federal que le otorgó contratos millonarios, por parte de la ex esposa del Presidente, la famosa “casa blanca”.
En la mayoría de las obras del gobierno de Peña se informó con lujo de detalles del sobrecosto en las obras inconclusas del tren Toluca-México, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y de la remodelación del Hangar Presidencial, entre otros, y el más significativo que ahora mantiene a Peña Nieta y su ex secretario Luis Videgaray emplazados a acudir a rendir su testimonio en tribunales federales sobre los sobornos que habrían recibido Emilio Lozoya Austin y altos funcionarios federales de parte de la empresa Odebrecht, investigación que sigue en curso.
Sin embargo y no obstante lo anterior, el presidente Andrés Manuel López Obrador acusó a los medios de comunicación de no exhibir los actos de corrupción en gobiernos anteriores. Y todavía se pregunta ¿dónde está el periodismo de investigación? Por favor… Y por cierto, desde entonces la corrupción todavía no se considera grave, porque los diputados y senadores con mayoría morenista no han procedido a legislar al respecto. Por ese motivo da la impresión de que los políticos que andan prófugos puedan llevar su proceso en libertad.
Según López Obrador, “pasó de noche” para el periodismo de investigación el periodo neoliberal, “todo el periodo de saqueo, de pillaje…con todo respeto, guardaron silencio cómplice”. Aquí es donde no se entiende la acusación a los periodistas, porque en repetidas ocasiones –y desde que fue candidato presidencial por 18 años- siempre mantuvo su afirmación y convicción de la libertad de expresión y fue en base a la difusión de los medios que logró más de 30 millones de votos como ningún otro presidente de la era moderna obtuviera tan contundente victoria electoral.
“Seguramente como en todo hubo honrosas excepciones, que es motivo de otra investigación. ¿Cuáles fueron los medios?, ¿cuáles fueron los periodistas que actuaron con rectitud en todo el periodo neoliberal?, porque hubo quienes padecieron de persecución, de censura”, planteó en la conferencia mañanera. López Obrador dijo que en particular, la revista Proceso, “no se portó bien con nosotros. No es ningún reproche”. A lo cual el reportero de Proceso planteó al Presidente: “No es papel de los medios portarse bien, Presidente, con alguien”.
– “No, pero estamos buscando la transformación y todos los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones”, respondió López Obrador. Y lo dicho no corresponde a la realidad histórica, pues para entonces hubo periodistas críticos como en toda la historia del país. En las distintas circunstancias históricas, hubo periodistas críticos del sistema.
“Es una visión distinta, sí, pero (Francisco) Zarco estuvo en las filas del movimiento liberal y los Flores Magón, también”, añadió. – “Son 150 años de distancia, Presidente”, planteó el reportero.
– “Sí, los periodistas mejores que ha habido en la historia de México, los de la República restaurada, todos, tomaron partido. Y es que es muy cómodo decir: ‘Yo soy independiente o el periodismo no tiene por qué tomar partido, o apostar a la transformación’. Entonces, es nada más analizar la realidad, criticar la realidad, pero no transformarla”. – “(El papel de los medios) es informar, presidente”, dijo el reportero. Los medios no transforman la realidad. – “Sí, pero a veces ni eso, es editorializar para afectar las transformaciones”. – “O sea, usted pide que editorialicen nada más a favor de usted”, planteó el periodista al Presidente.
Durante la conferencia de prensa, el presidente López Obrador criticó nuevamente al diario británico The Financial Times, que recientemente planteó en un editorial la necesidad de que el mandatario mexicano tome en cuenta la realidad económica del país, y no sólo sus datos, al momento de tomar decisiones de gobierno.
“Lo relacionado con el Financial Times tiene que ver más que nada con la falta de autocrítica de parte del periódico, porque se impulsó mucho el modelo económico neoliberal, que resultó en fracaso. Se hizo propaganda a favor de las llamadas reformas estructurales, en particular de la reforma energética y los resultados han sido desastrosos para México y el Financial Times no ha hecho una revisión del asunto; al contrario, recientemente pronosticó que iba a entrar en recesión nuestra economía. Respetamos a todos los medios, pero vamos a ejercer nuestro derecho de réplica”, dijo López Obrador.
Finalmente, el Primer Mandatario criticó al periódico Reforma por una información en la que describió los pasillos de Palacio Nacional, en donde ahora vivirá el Presidente junto con su familia. “Que voy a tener todo el Palacio y los salones del Palacio, el Salón Azul, el Salón Rosa, el Salón de Embajadores, el Salón Principal. No es así, es una exageración del periódico”. Dijo que ocupará un espacio limitado; todo el recinto histórico y los salones no serán ocupados.