Nigromante

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  • Por José Vilchis Guerrero

RedFinancieraMX

Carlos Urzúa desveló una faceta de autoritarismo e influyentismo en la 4T

De la sorpresa, al escándalo. El impacto del anuncio de Carlos Urzúa de su renuncia como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público ante las “imposiciones de funcionarios que carecen de conocimiento de la Hacienda Pública”, cimbró las estructuras de la 4T, ahí donde se predica el combate a la corrupción, el influyentismo, la impunidad y se lleva a sus últimas consecuencias la austeridad republicana o franciscana cuando así lo amerite el caso.

La incredulidad y la zozobra asomaron a los rostros de compungidos burócratas de alto nivel y de la clase política al conocer el anuncio de Urzúa, que fue publicado en su cuenta de Twitter, donde dijo que su retiro se debe a que en la actual administración se han tomado decisiones de política pública sin sustento alguno. Los radicales simpatizantes del nuevo régimen no podían creerlo y menos aceptar las razones de Urzúa.

“Me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública. Esto fue motivado por personajes influyentes del actual gobierno con un patente conflicto de interés”, dijo el economista, quien remató: “Estoy convencido de que toda política económica debe realizarse con base en evidencia, cuidando los diversos efectos que ésta pueda tener y libre de todo extremismo, sea de derecha o de izquierda. Sin embargo, durante mi gestión las convicciones anteriores no encontraron eco”, expresó en una carta-renuncia-denuncia a su jefe Andrés Manuel López Obrador, quien fue advertido del escándalo y el desastre inminente para la economía y los mercados. Decidió actuar con rapidez, para paliar la caída del peso y la bolsa.

“Agradezco la oportunidad de haber podido servir a México”, cerró la frase lapidaria de Urzúa.

En cuestión de minutos, López Obrador subió un mensaje a las benditas redes sociales para anunciar que aceptó la renuncia de Urzúa y el nombramiento del sustituto, el subsecretario Arturo Herrera. Al mismo tiempo le hizo una crítica: Urzúa “No está conforme con las decisiones que está tomando (el nuevo gobierno) como es un cambio o una transformación; a veces no se entiende que no podemos seguir con las mismas estrategias”; el ahora exfuncionario no estaba conforme con las decisiones del nuevo gobierno que prometen cambiar la política económica que se ha aplicado desde hace 36 años.

Como ya es su costumbre en casos como éste y tal como ocurrió cuando Germán Martínez renunció a la dirección del Instituto Mexicano del Seguro Social, desacreditó en su conferencia mañanera a Urzúa y lo balconeó ante la prensa, pues dijo que le había propuesto un Plan Nacional de Desarrollo (PND) como si lo hubieran redactado Agustín Carstens o José Antonio Meade, ambos ex secretarios de Hacienda y gobernador del Banco de México el segundo. O sea, dos especialistas en la materia, en cambio, el PND de la 4T ha sido descalificado por los expertos, por su carga ideológica en lugar de planteamientos técnicos necesarios.

En fin, que con su inesperado nombramiento como titular de la SHCP, se frustraron los planes del ex subsecretario Arturo Herrera de renunciar junto con su jefe y mentor Urzúa. Y ahora, con una franca -¿fingida?- sonrisa asume el nuevo cargo, con el temor bien fundado de la presión que ejerce la oficial mayor de Hacienda, Raquel Buenrostro, de quien se sospecha es una de las “imposiciones de funcionarios que carecen de conocimiento de la Hacienda Pública” como responsable de las compras de gobierno y de los despidos de burócratas en las dependencias de gobierno, que han incrementado el desempleo de cerca de diez mil, muchos de los cuales ya se preparaban para una cercana jubilación luego de 30 años de servicio.

Raquel Buenrostro fue señalada en redes sociales asociada no sólo a la renuncia de Urzúa sino también a la del exdirector del IMSS Germán Martínez. Y en las dos escandalosas renuncias ha resurgido la información de que persiste el recorte de personal médico, de mantenimiento de clínicas y hospitales, enfermeras y la escasez de medicamentos no sólo en esa institución que atiende a la clase trabajadora, sino también en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) así como en los institutos nacionales de especialidades y hospitales del Sector Salud.

En su carta de renuncia, Germán Martínez se quejaba de la política de austeridad que se ejecutaba desde Hacienda. “El Presidente del Gobierno de México proclamó el fin del neoliberalismo, pero en el IMSS algunas injerencias de Hacienda son de esencia neoliberal: ahorro y más ahorro, recortes de personal y más recortes de personal, y un rediseño institucional donde importa más el ‘cargo’ que el ‘encargo’”, denunció en mayo pasado.

Los reporteros buscaron al entonces subsecretario de Hacienda Arturo Herrera, quien evidenció que esas decisiones no estaban a cargo del titular de la dependencia sino de la Oficialía Mayor. Tras ser interrogado por la prensa sobre si Hacienda estaba “ahorcando” al IMSS, Herrera dijo en aquella ocasión: “No sé, eso lo tienen que ver con la Oficialía Mayor”.

En su conferencia de prensa matutina, el presidente López Obrador se mofó en aquella ocasión de Germán Martínez, quien –dijo- no supo resistir las adversidades para cumplir con sus atribuciones con los recursos a su alcance. Pero como la “otra información” de que disponía el jefe del Ejecutivo no incluyó la persistente crisis en el Sector Salud, nombró un nuevo titular del IMSS sin atender la emergencia que ponía en riesgo la vida de niños con cáncer, de personas con VIH que carecen a la fecha de los suficientes retrovirales y otros de la tercera edad que acuden masivamente a los hospitales con la esperanza de encontrar la urgente atención. Y ni camas hay.

Como ocurrió en mayo, ahora López Obrador también tuvo sus diferencias con Urzúa, que motivaron su salida como secretario de Hacienda. En su primera conferencia de prensa, Herrera dijo que no habrá cambios ni ajustes. O sea, que Buenrostro se mantendrá en su puesto, aunque se piense que es una de las imposiciones en la Oficialía Mayor que le fastidiaron la existencia a Urzúa.

Por supuesto, el mandatario descartó que la renuncia de Urzúa fuera motivada por diferencias con la Oficial Mayor de Hacienda, y afirmó que los señalamientos hacia su persona están motivados por “la responsabilidad de llevar a cabo las compras y de establecer las condiciones para la contratación de servicios”. En una conferencia de prensa que dio tras las críticas por la falta de medicamentos en hospitales, Buenrostro defendió las medidas que ha emprendido.

Por supuesto, los fervientes morenistas, los más aguerridos, han salido en defensa de la funcionaria, como el mandamás del Senado, Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, quien justificó que Buenrostro “es una Oficial Mayor con características especiales. El Presidente de la República concentró todas las facultades en el oficial mayor de Hacienda, tiene mucho poder y tiene muchas facultades, ojalá y aplique bien, para que evitemos cualquier subejercicio”, dijo. Ya se ha reportado un subejercicio presupuestal de más de 160 mil millones de pesos por los recortes presupuestales y de personal.

Por si algo le faltara a la 4T, la percepción de la confianza empresarial sobre la actividad económica de México durante junio pasado se ubicó como la cifra más baja en lo que va del 2019, en un nivel de 51.29 puntos, luego de que en febrero alcanzó 53 puntos de 100 (como rango máximo), derivado del freno en los contratos energéticos, reportó la Coparmex a través de su indicador #DataCoparmex que monitorea el optimismo de los empresarios sobre la situación económica del país y de sus empresas.

La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) destaca que el sector de manufactura fue el más afectado, ya que tuvo una disminución de confianza de 52.84 a 51.23, es decir, una disminución de 1.6 puntos. La confianza empresarial en el sector construcción bajó 0.5 puntos, ya que pasó de 49.7 en el mes de mayo a 49.2 en el mes de junio. Mientras que en el sector del comercio también hubo una disminución en la confianza de 0.1 puntos.

El presidente del organismo empresarial, Gustavo de Hoyos advirtió que el gobierno tiene un papel fundamental para la generación de un ambiente optimista o pesimista de confianza empresarial. Se refirió a las “acciones como la revisión de contratos en el sector energético o la cancelación de proyectos de gran escala como el Nuevo Aeropuerto Internacional de México, que merman la confianza de los empresarios sobre la situación económica del país”.

Por otra parte, cuando se espera un cambio de actitud del Ejecutivo, AMLO se refirió en la conferencia mañanera al editorial que el diario británico Financial Times le dedicó y en la cual lo instó a “aceptar la realidad económica y no seguir confiando en sus propios datos”. La sugerencia, que se antoja de mucho sentido, generó una reacción distinta: el diario debe ofrecer una disculpa al pueblo, pero no por su editorial, sino por haberse quedado callado mientras se imponía la corrupción en el país.

Sin ningún rubor, López Obrador se expresó fuera de lugar como dándole la vuelta al tema principal de una cuerda sugerencia; “con todo respeto, (el Financial Times) debe pedir disculpas al pueblo de México. Se quedó callado mientras se imponía la corrupción en México; nunca dijo nada, aplaudían que se llevaran a cabo las reformas estructurales. Estoy esperando que se disculpen, podrán ser muy famosos pero no fueron objetivos, no son profesionales”.

En su editorial Financial Times sugirió a López Obrador escuchar a su nuevo secretario de Hacienda, Arturo Herrera, para darle la oportunidad de restablecer la credibilidad de los mercados, pues tras la renuncia de Urzúa, éstos respondieron marcando a la baja las acciones y el peso en 2%”. Y le soltó una fuerte observación: a pesar de que López Obrador está proclamando el fin de la era neoliberal, “no está nada claro que pueda reemplazarlo con algo mejor”.

jvilchis1@yahoo.com