- Persisten los temores sobre posible alza de tasas en la Unión Americana
- Por Ricardo Jiménez
RedFinanciera
La reciente apreciación del peso mexicano es de carácter coyuntural, apoyada en parte por el anuncio de datos económicos en Estados Unidos relacionados con crecimiento y empleo, aunque persiste aún el nerviosismo con relación a la evolución de la inflación estadounidense.
El tipo de cambio peso-dólar logró una apreciación de 2.56% frente al dólar americano en las últimas dos semanas, equivalente a una ganancia de 53.0 centavos, alcanzando un precio de 20.1790 pesos por dólar al cierre de las operaciones del viernes anterior.
La recuperación de la divisa mexicana se derivó también de la expectativa de alza de la tasa de interés doméstica para la siguiente reunión prevista para el para el 11 de noviembre, luego de la publicación de la inflación correspondiente a la primera quincena de octubre, donde se ubicó a tasa anual en 6.12% y la inflación subyacente alcanzó un nivel de 5.12%, su mayor nivel desde 2009.
El repunte de la inflación se explicaría en parte por los cambios en patrones de consumo tras la pandemia, mayores costos de producción y de transporte, resultado en gran parte por los mayores costos en los energéticos y por los cuellos de botella en la cadena de los suministros.
La moneda mexicana mantendrá cotizaciones relativamente estables en los próximos días, con el pronóstico de observarse un rango de negociación que fluctuaría entre 20 pesos como precio mínimo y 20.50 como nivel máximo, con cierta inclinación hacia los niveles altos.
En el mercado de cambios sigue la preocupación en torno a las presiones inflacionarias existentes en Estados Unidos, lo cual podría motivar a la Reserva Federal (Fed) a implementar nuevamente una política monetaria restrictiva para reducir los incrementos en los precios.
Las preocupaciones respecto a las presiones inflacionarias siguen presentes en el ánimo de los participantes del mercado y más con la constante alza en los precios de las materias primas y el incremento de los energéticos, como el precio del petróleo que se encuentra por arriba de los 80 dólares por barril.
En ese sentido, la semana pasada, el presidente de la Reserva Federal Jerome Powell, indicó que estarán monitoreando muy de cerca la evolución de la inflación, y mencionando que el tema de las cadenas productivas pudiera tener una duración mayor a la esperada, lo que generó un mayor nerviosismo en los inversionistas, ante la posibilidad de que haya un movimiento de alza en las tasas más pronto de lo anticipado.
Los débiles datos económicos en China se suman a las señales de desaceleración global, mientras que la situación inmobiliaria del sector en el país asiático por la crisis de Evergrande, sigue siendo uno de los temas que podría seguir provocando volatilidad en los mercados, aunque el pago de un cupón con vencimiento el fin de semana previo evitó un default para inmobiliaria.
El desempeño del tipo de cambio peso-dólar será determinado en el muy corto plazo, sobre todo por la coyuntura global donde la volatilidad del precio de los energéticos está acaparando la atención por sus implicaciones en la inflación interna y de Estados Unidos.
En la próxima semana será relevante la publicación de los datos de crecimiento económico correspondiente al tercer trimestre de este año en Estados Unidos y México, esperándose datos de 6.7% y 6.1% a tasa anual, respectivamente.
Es importante destacar que las cifras mostrarían una desaceleración en el ritmo de crecimiento durante el penúltimo trimestre del año, ante los efectos del Covid-19. En el caso de México es probable que el PIB muestre un aumento trimestral cercano a cero y no se descarta la posibilidad de un dato negativo moderado.En México también se anunciará el dato del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE)a agosto con cifra estimada de 6.2%, desempleo, balanza comercial, crédito bancario y el reporte trimestral de finanzas y deuda pública a septiembre.