Los pozos de Carlos Pozos

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  • ¡NO MIENTO! EALY
  • Por Carlos Pozos

RedFinanciera

 

¡No miento! Hace 65 años, en 1959, Francisco Lanz Duret Valdez, presidente y director general de la Cía. Periodística Nacional, editora de El Universal, ante el presidente de la república Adolfo López Mateos, pidió un préstamo con Nacional Financiera para la adquisición de una rotativa.

¡No miento! “Sólo hay una cosa más repugnante en un periodista, que convertirse en un burdo aplaudidor del régimen”, así descalifica y calumnia la columna sin autor Bajo Reserva de el periódico El Universal del 14 de febrero, con la cabeza LORD MENTIRAS.

¡No miento! Si a esas vamos, a partir del 23 de octubre de 1969, Juan Francisco Ealy Ortiz asume la presidencia y dirección general de LOS UNIVERSALES, buscando en apariencia el pluralismo periodístico.

 

¡No miento! Ealy Ortiz enfrentó con éxito la última huelga de que se tenga memoria de este periódico: el 10 de agosto de 1976, El Universal y El Universal Gráfico no salieron a la venta. Al ganar Ealy, ya no solamente era el director del diario, sino el dueño, pues en medio de una serie de conflictos familiares –que nunca han sido aclarados del todo– adquirió las acciones de los Lanz Duret. Ya como propietario, el empresario comenzó a forjar un culto a su imagen, al más puro estilo presidencialista de esa época.

¡No miento! Ealy en 1970 fue director del Consejo de Administración de la Comisión Nacional de Libros Gratuitos, en el sexenio de Luis Echeverría Álvarez (Arriba y Adelante); quien, sabedor de la edición de libros de texto gratuitos cada año, por consiguiente, obtuvo hubo contratos millonarios.

 

¡No miento! Les recuerdo que Ealy fue integrante de la agrupación civil “Vamos México”, que encabezó la entonces primera dama Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox Quesada, y quien en 2003-2004 fue nombrado presidente del Consejo de Participación Ciudadana de la PGR.

 

¡No miento! Ahora con la revolución de las audiencias sabemos en qué momento El Universal, dejó de ser “El Gran Diario de México” para convertirse en un periódico de propaganda partidista y de gran carga ideológica a favor de los empoderados de este país.

¡No miento! Ealy cambió parte de la credibilidad que heredó durante el siglo pasado, para dejar la verdad de lado y abrir sus páginas al negocio que da el poder de la información. Pero en el año 2018 llegó el tiempo de las definiciones y tuvo que quitarse la máscara.

¡No miento! El Universal en estos cinco años dejó atrás el rigor que el periodismo exige a una “empresa de comunicación” –que es el trabajar con ética, con veracidad, con información sustentada en la investigación profunda y no la basada en supuestos o dichos– para convertirse en un tribunal donde se calumnia y se juzga a quienes se atreven a relatar la verdad y hacer el nuevo periodismo alternativo.

 

¡No miento! El Universal es una empresa periodística que vivió –como todos los medios conservadores de manipulación– de la publicidad gubernamental, y que abusaron del dinero público que recibieron durante poco más de un siglo de los gobiernos en turno, y sobre todo los gobiernos neoliberales.

 

¡No miento! En 18 años El Universal se embolsó 2 mil 92 millones de pesos del pueblo: Fox le dio dinero público por 274 millones de pesos; Calderón les destinó 368 millones de pesos y Peña les proporcionó 1 mil 450 millones de pesos.

 

¡No miento! Bajo Reserva, ¡falsea!: “El propio Molécula dice que él entregó el parte médico al licenciado Ealy Ortiz, mismo que él asegura fue dado a decenas de medios de comunicación por el entonces vocero de la campaña, Liébano Sáenz”. Les aclaro que Liébano me dio a mí el parte médico –sólo a Carlos Pozos– y en el avión de regreso, un médico, al verlo, me dijo que eran dos tiradores.

 

Al decir la verdad, esperaba estas respuestas de falsedad de parte de El Universal; no me sorprende: si hasta a un premio Pulitzer -Tim Golden- le permiten acusar sin pruebas, ¿qué nos podemos esperar de “El Gran Diario de México”?

 

Ustedes dicen que jamás me recibió Ealy Ortiz; yo digo que sí. Es su palabra contra mi palabra. ¿Cuál tiene más credibilidad? Ahí están las audiencias, que lo dirán.

El ejemplo de sus estrellas del anti-periodismo, Manuel Ponce y Juan Arvizu, que no lograron la entrevista exclusiva que me dio Luis Donaldo Colosio en el estado de Aguascalientes, para El Universal Gráfico. Y ahí está la Hemeroteca Nacional de México que lo atestigua. (Por cierto, de los pocos periodistas presentes en Lomas Taurinas, fueron José Ureña, Ubaldo Díaz y Ramón Zurita). Entrevista que me ganó el resentimiento de las dos “luminarias” antes citadas y que me excluyeron en los créditos de su crónica, lo cual se los agradezco, donde quiera que se encuentren.

 

Por cierto, no les dieron a esos ejemplos del periodismo –Arvizu y Ponce– el Premio Nacional de Periodismo por esa crónica, pero sí se lo dieron a los corresponsales de El Universal, cuyo jefe era Roberto Rock, entonces subdirector. ¿Saben por qué? Porque Ponce no estuvo en Lomas Taurinas.

 

Mi trabajo lo hago con profesionalismo y entrega, sin tratar de complacer a nadie en lo particular; pero ya esperaba estas reacciones que regularmente vienen de alguien o algunos que son ignorados por la sociedad cuando pierden la credibilidad al haber prostituido su “periodismo”. ¡Qué pena!

 

¡Gracias! por dedicarme tanto espacio (el tema principal y media columna) y estar al pendiente de mi trabajo y reconocerme como periodista; pero al mismo tiempo, ¿qué dirán sus lectores cuando lean esto y se den cuenta que no tienen nada importante que publicar más que falsedades, ataques y descalificaciones contra una humilde molécula en este gran universo de estrellas del “anti-periodismo”?

 

¡No miento! Como dice el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, será la historia, y la memoria, la que pondrá a cada quien en su lugar; y les recuerdo que “entre más me golpean, más digno me siento”. Y no me hacen mella ni me afectan las críticas por parte de ustedes. La verdad es que, Juan Francisco Ealy Ortiz, nunca has sido periodista con cédula profesional. ¡Gracias!