LOS POZOS DE CARLOS POZOS

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  • DISCULPAS UTRAMARINAS

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Ante la PresidentA de México, doctora Claudia Sheinbaum Pardo, tuve –a ocho días del inicio de su sexenio– la primera oportunidad de hacer mi primer planteamiento periodístico, y les recuerdo que fue así: “Con un nuevo canciller, se acaba la pausa que teníamos con nuestro vecino país del norte, Estados Unidos. Pero, en materia de política exterior, los escándalos en la corona española están que arden y por ello me permito preguntarle, doctora: ¿Aún necesitamos que España ofrezca disculpas que solicitó el expresidente Andrés Manuel López Obrador; o el nuevo canciller tejerá las nuevas relaciones con España?”.

En su primera gira de trabajo por el Estado de México, que gobierna la maestra Delfina Gómez, la jefa del Poder Ejecutivo Federal expuso categórica: que el 12 de octubre no debería ser visto como el supuesto descubrimiento de América, sino como un reconocimiento a las civilizaciones que ya habitaban estas tierras. “No hubo un descubrimiento, pues México ya existía antes de que llegaran los conquistadores”, dijo.

Teniendo como fondo la estatua de bronce del Rey Poeta Nezahualcóyotl, tlatoani de Texcoco desde 1429 hasta 1472, la primera mandataria recordó la idea difundida por años de que los españoles llegaron a civilizar, cuando es un hecho que en el territorio que hoy comprende México ya se habían desarrollado grandes culturas.

Puntual, dijo: “Nadie nos descubrió, aquí ya había un México desde antes”, lo que sirvió para retomar el reclamo a la corona española que ha hecho desde días atrás, y comenzara el expresidente Andrés Manuel López Obrador, para que el rey Felipe VI acepte ofrecer disculpas a los pueblos originarios de América por los agravios ocasionados en la colonización, tras la llegada de Cristóbal Colón en 1492.

En su tiempo, en 1604, Francisco de Balbuena Estrada, que fue un eclesiástico y poeta español asentado en la nueva España, dejó escrito: “Los hombres y las mujeres de diversa color y profesiones, de vario estado y varios procederes; diferentes en lenguas y naciones en propósitos, fines y deseos, y aun a veces en leyes y opiniones”.

En estos tiempos el antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia, nos ha contado en corto que hace unos 16,000 años empezaron a habitar nuestro continente los primeros grupos humanos. Fueron ellos, entonces los verdaderos descubridores de América. Venían de la masa continental que ahora conocemos como Asia y entraron por Alaska, por el estrecho de Behring y tal vez después también por la costa sudamericana, desde las islas del Pacífico del sur, buscando tierras más cálidas y más generosas.

Esto a diferencia del presente, cuando las migraciones van sobre todo del sur –excluido y desigual– al norte, industrializado y opulento. 

Y el titular del INAH nos deja claro que los diversos grupos humanos que poblaron, representaron y domesticaron el territorio que los nahuas en un sentido amplio bautizaron como Cemanáhuac, desde que arribaron a éste, y hasta la llegada de las culturas europeas y africanas, al reino que los invasores españoles llamarían Nueva España.

En tanto, nuestro colega Nephtalí Celis García, en su libro Furor y mansedumbre, nos relata que en el año de 1492 España era en Europa país sin identidad, desintegrado, pobre, desarrapado, mugroso, hediondo, moralmente sucio, estulto, impuro, gandul, haragán: amante de la mugre, pereza y holgazanería, ambicioso, codicioso, corrupto de mente y cuerpo, asesino e hipócrita, ladino, que aplastó con furor al opulento, próspero, pulcro, rico mundo americano y civilizaciones sobresalientes, porque los naturales eran inteligentes pero pazguatos en grado máximo (mexicas, mayas, incas).

Los extranjeros estaban enfermos de codicia desmedida. Arrasaron y saquearon portentosas ciudades; cometieron atrocidades aún impunes; asesinaron a la élite mexica: políticos, sabios, jueces, médicos, ingenieros, arquitectos, urbanistas, comerciantes, artistas, danzantes, pintores, filósofos, poetas, guerreros, hombres, mujeres y niños.

Borraron culturas y religiones, idiomas e identidades; esclavizaron y explotaron con furor por tres siglos a pueblos indígenas crédulos, ingenuos y pasivos, eunucos y mansos.

El citado libro Furor y mansedumbre, (se le presentó al expresidente de México AMLO, quien autorizó a Jesús Ramírez Cuevas para que acordara con el director del Fondo de Cultura Económica, Paco Ignacio Taibo II, una reimpresión masiva en el FCE; acción que nunca se llevó a cabo por parte del exvocero) y en el texto se lee: “La historia oficial de México aceptó e hizo suya la versión europea del Descubrimiento de América por Colón el 12 de octubre de 1492, y la conquista de México por Cortés, de 1519 a 1521.  Obviamente son sucesos reales del pasado; pero contados por los vencedores, son infamia, afrenta, deshonra a la memoria de los masacrados, porque sus versiones consagraron enfoques unilaterales e incurrieron en omisiones que se convierten en el ultraje, que se suma al agravio del exterminio. Es imperativo actualizar el relato del trágico episodio, para que futuras generaciones tengan la versión distinta, desde nuestra perspectiva”.

Como siempre, ustedes siempre tendrán la mejor opinión sobre si debe ofrecer España las disculpas solicitadas por el expresidente de México, Andrés Manuel López Obrador y respaldadas por la PresidentA de todas y todos los mexicanos, Claudia Sheinbaum Pardo… Y hasta aquí con Los Pozos de Carlos Pozos. Y si desean que le haga su pregunta a la PresidentA de México en la conferencia de prensa “mañanera”, por favor háganmela llegar al correo: lmnoticias@gmail.com; vía X a: @lordmoleculaoficial, o bien, visiten nuestro portal https://www.lordmoleculaoficial.com/ así como también pueden ver mi Canal Lord Molécula Oficial.