Los introductores de metales a la Casa de Moneda de México

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  • Conferencia de Inés Herrera Canales
  • Por Norma L. Vázquez Alanís / Primera de dos partes

RedFinancieraMX

“Cuatro personas fueron los principales introductores de metales a la Casa de Moneda de México, pues en 24 años tuvieron una cuarta parte de todos los registros de venta de metales a dicha institución económica, establecida en 1535 y que ha marcado la vida financiera y social de México desde la época novohispana”.

Estos datos son resultado de una exhaustiva y minuciosa investigación realizada por la doctora en Historia Inés Herrera Canales sobre los personajes que ingresaron metal precioso a la Casa de Moneda de México entre 1799 y 1823, la cual fue presentada en una conferencia dentro del ciclo ‘Los empresarios en la historia de México. De la colonia al porfiriato’, organizado por el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM) de la Fundación Carlos Slim.

Interesada desde la década de los 90 en el estudio del tema, la doctora Herrera Canales se refirió a los introductores de metales a la Casa de Moneda de México entre 1799 y 1839, y detalló cómo se relaciona la historia de esta antiquísima institución con la de los comerciantes mineros y los rescatistas, es decir, las personas que iban a los centros productores de metal precioso a efectuar la compra.

Es importante conocer la historia de la Casa de Moneda porque es una institución participante no solamente en los aspectos financieros, sino también en el arte, en la organización laboral y el desarrollo industrial, además de la numismática pues de hecho llevamos en el bolsillo monedas generadas todavía por esa casa, señaló la conferenciante, quien estudió en la Universidad de Concepción, Chile, su país de origen.

La administración de la Casa de Moneda a lo largo de la historia de México se divide en dos épocas, la primera de 1535 a 1728, cuando la Corona española permitía que el gobierno de la institución lo llevaran a cabo particulares, es decir, que la Corona la estableció, pero quienes se encargaban de la fabricación eran particulares contratados para eso.

Al comenzar el siglo XVIII hubo un cambio en la política española con el ascenso de los Borbones al poder, y a partir de 1730 la Corona española se encargó de la administración de la Casa de Moneda de México y de todas las casas españolas que también funcionaban así; esa institución fue la única que existió en México hasta 1810 y actualmente sigue concentrando la fabricación de monedas en el país, explicó Herrera Canales, doctora en Historia por El Colegio de México.

Situación durante la guerra de Independencia

Relató la especialista cómo la Corona dispuso que cuanto metal precioso saliera de todos los virreinatos de las Indias fuera en moneda, y entonces todo lo que se producía tenía que llegar a la ciudad de México y acuñarse, de manera que los metales debían recorrer cientos de kilómetros para llegar a la Casa de Moneda, y sólo a partir del siglo XIX movieron el metal a través del territorio de la Nueva España quienes tenían la disponibilidad suficiente para trasladarlo debidamente protegido.

En 1810, al iniciarse la Independencia surgió un problema porque hubo un desequilibrio económico y social, y había una guerra sobre todo en los espacios mineros, como fue el caso de Guanajuato, gran productor a fines del XVIII, que fue impedido de llevar los metales a la ciudad de México.

El sueño acariciado por todos los grandes mineros de Zacatecas, Guanajuato, Taxco, Hidalgo y Chihuahua fue la posibilidad de que surgieran casas de moneda, provisionales al comienzo, en el interior del territorio y entonces este control o monopolio que había tenido la Casa de Moneda se perdería y su actividad disminuiría, comentó Herrera Canales, investigadora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

Si bien la ciudad de México había controlado toda la producción, surgieron tres casas de números que fueron provisionales, específicamente en las regiones de los grandes centros mineros y Zacatecas se convirtió en el siglo XIX en la primera casa de unidad nacional en el caso de México. Luego en 1895 el gobierno federal decretó el control de la acuñación de moneda, de manera que las casas temporales comenzaron a cerrarse, las dos últimas en 1905, para volver a tener el control de la moneda en una sola.

(Concluirá)