La Plaza Garibaldi logró sobrevivir a los cambios urbanos

0
28
  • Norma L. Vázquez Alanís

RedFinanciera

(Segunda de dos partes)

 

La Plaza Garibaldi ha sido remodelada constantemente a lo largo de su cronología, afirmó la doctora en Historia y Etnohistoria por la Escuela Nacional de Antropología e Historia Gabriela Pulido Llano, durante una plática que dio dentro del ciclo de conferencias Plazas y sitios de la Ciudad de México, convocado por el Centro de Estudios de Historia de México (CEHM) de la Fundación Carso.

 

Se han registrado por lo menos tres etapas en las que la Plaza Garibaldi ha sido sometida a ciertas modificaciones para adaptarla a los cambios que ha tenido la urbe y que han obligado a hacer esas variaciones. Algunas fueron muy agresivas para todo el Centro Histórico, como cuando hicieron el Eje Central y el Anillo de Circunvalación, porque ambas vialidades interrumpieron de cierta manera la vida social e integral que tenían esas colonias y espacios en todos los aspectos.

 

Pero independientemente de todo esto, la Plaza Garibaldi mantuvo su fuerza, explicó la también investigadora de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Y por ello no le ocurrió lo que al mercado de la Merced, por ejemplo, que con el Anillo de Circunvalación se rompió su movilidad social, aunque se sigue expandiendo hacia el centro y ha invadido ya el propio Anillo, como diciéndole a la ciudad, “me rompiste, pero yo te vuelvo a ocupar”.

 

Refirió la existencia de una diminuta plazuela llamada Santa Cecilia, que situó la imagen de la patrona de los músicos (el papa Gregorio XIII nombró en 1594 a Cecilia de Roma convertida al cristianismo y martirizada por su fe como patrona de la música) en el corazón de este centro de reunión de mariachis, e indicó que el apelativo Garibaldi, citado por todos los biógrafos, data de 1921 en homenaje al coronel José Garibaldi, quien se enroló en las filas maderistas en 1911 y participó valerosamente en el ataque a Casas Grandes, Chihuahua; por eso ahí está su busto, mientras que su nombre quedó integrado a esta parte de la ciudad.

 

Comentó la doctora Pulido Llano que existe una dispersión acerca de la historia de la Plaza Garibaldi, por lo cual valdría la pena que los investigadores retomaran el tema sobre todo en las vistas de este emblemático lugar en tres tiempos: qué estaba pasando en los años 20 la primera vez que se propuso la ciudad de México hacer una gran transformación de Garibaldi para convertirla en esta plaza característica que primero abarcó los sectores locales; después en los años 70 cuando se reforzó su identidad como punto turístico natural, con ese enfoque de recuperarla como Patrimonio Cultural de la Ciudad de México, y en la actualidad cuando a partir de 2019 el gobierno local vuelve a tener esa motivación con un proyecto que se conoce como revitalización de la Plaza, y cuyo objetivo es atraer a los turistas tanto locales como extranjeros a disfrutar de este que se considera uno de los lugares típicos para disfrutar la vida nocturna.

 

El jefe del Gobierno de la Ciudad de México, Martí Batres, dio a conocer en julio de 2023 que la Plaza Garibaldi va a tener un nuevo escenario exclusivo para los mariachis y un segundo centro cultural artesanal, como parte de las acciones del programa para rehabilitar este espacio público, porque algunos emplazamientos que se habían creado, incluso el Museo del Mariachi, parecían abandonados.

 

Ahora se considera centrar la atención en mil cien metros cuadrados donde se va a instalar drenaje, a dotar de áreas verdes, a colocar luminarias led y otras modificaciones, con lo que se busca volver a atraer a ciertos sectores de la población hacia este lugar que también ha sido víctima de la inseguridad que en cierta forma alejó a la gente de Garibaldi.

 

La especialista externó su confianza en que esta proyección se concrete y termine, porque una cosa es el planteamiento y otra llevarlo a cabo, para que se rehabilite el sentido icónico de esta plaza, a fin de que se detenga la gentrificación (proceso de renovación de una zona urbana, generalmente popular o deteriorada, que implica el desplazamiento de su población original por parte de otra de un mayor poder adquisitivo) del Centro Histórico que ya padece todos los efectos de esta situación.

 

Garibaldi como punto turístico

 

Relató la doctora Pulido Llano que, quienes como ella han realizado trabajo antropológico de estos lugares, saben que hay algunos sitios que deben mencionarse porque están pegados a la historia contemporánea de la Plaza Garibaldi, como el restaurante Tlaquepaque, el salón Bombay y la cantina Tenampa, acerca de los cuales hay un montón de registros, visuales sobre todo, además de un sinnúmero de anécdotas que van amarrando la iconografía.

 

En muchos documentos hemerográficos se registra a Garibaldi como un lugar no muy propicio para ir por su decadencia moral, sin embargo lo divertido de las crónicas periodísticas de la década de 1940 más bien incitaba al lector a visitar Garibaldi.

 

Como punto turístico fundamental la Plaza Garibaldi aparece en todas las guías de turistas por lo menos desde la cuarta década del siglo pasado, aunque desde los años 20 ya se empezaba a hablar de la importancia que iba a cobrar ese sitio dentro de la vida urbana nocturna.

 

Sin embargo, en los folletos para viajeros en idioma inglés y también en español apareció la Plaza Garibaldi como un punto que necesariamente deben visitar los extranjeros que llegan a la Ciudad de México a partir de los Juegos Olímpicos de 1968; en esos documentos también se subraya que es un lugar a donde uno puede conocer la cultura mexicana más acendrada, acompañándola con música de mariachis y una muy buena comida mexicana en el Tenampa, icono de este sector vernáculo.

 

A pesar de que la Plaza Garibaldi siempre ha estado en ese contexto en que también estuvieron muchos lugares emblemáticos de la colonia Guerrero como el Salón México, de los cuales se hablaba de manera denostativa, eso mismo generó que la gente tuviera curiosidad de conocerlos, comentó la doctora Pulido Llano, quien es directora general de la Oficina para la Memoria Histórica de México en el Archivo General de la Nación (AGN).

 

Empero, la Plaza Garibaldi igual que esos lugares de la colonia Guerrero y del Centro Histórico se pueden considerar como espacios totalmente democráticos, que en distintos momentos de la historia de la urbe acogieron a todos los grupos sociales posibles, es decir, a una diversidad de gente. Y aunque el periodismo de los años 40 y 50 trataba de ilustrar lo decadente del lugar, ciertamente dejó un registro de la vitalidad de este espacio que se volvió representativo y que todavía a la fecha mantiene los tintes de convivencia entre distintos estratos de la sociedad citadina que plasmaron los cronistas de esa época.

 

Y es que en la Plaza Garibaldi se dan cita grupos diversos, porque lo mismo hay turistas nacionales y extranjeros, o personas que van a terminar la fiesta escuchando a los mariachis, o quienes buscan mitigar algún dolor de amor, porque también se buscan los mariachis para llorar.

 

Finalmente, dijo la conferenciante que en los años 80 se revitalizó la escena de los grupos LGBT y más en la Plaza Garibaldi con la presencia de un par de antros importantes para esta comunidad, con lo que se expandió también la oferta a otros grupos sociales.