La costumbre del poder

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  • México, sin Estado, sin gobierno ni rumbo (IV/VIII)
  • Por Gregorio Ortega Molina 

RedFinanciera

 *Siete son los caminos que mexicolectivo identifica para lograr la prosperidad, pero lo más importante es saber qué tan dispuestos están los dueños del dinero en aportar voluntad e incrementar salarios y pagar impuestos, para que su país continúe acrecentando las fortunas de que disfrutan; qué tan dispuesto está el gobierno en vigilar que su cumpla la seguridad jurídica y en garantizar la paz social, y cómo lograrán que el dinero negro se convierta en inversión sin causar envidias en Estados Unidos, y sin que los funcionarios públicos se hinchen

Para Roberto Martínez Olivera

Prosperidad

Obtenerla y generalizarla, queda anclado a haber cimentado la inclusión después de modificar nuestra actitud y cultura, porque la riqueza de unos y la miseria de otros no es prosperidad. Ha de compartirse.

Estados Unidos da la imagen de un bienestar compacto y generalizado, pero esa nación no es Nueva York, Boston, San Francisco, Miami, ni los malls de Houston, San Antonio y San Diego, a los que los mexicanos pudientes gustan de acudir, aunque tampoco son representativas del auge de esa nación las tiendas de la Quinta Avenida, en los que únicamente compran los que tienen fortunas.

Esas urbes afamadas por su belleza tienen, ahora, muchas de sus calles llenas de homeless. Son parte del verdadero Estados Unidos, como lo es ese movimiento QAnon.

¿De qué sirve la prosperidad de pocos, si te sucede lo que ocurrió a Fernando Martí y el secuestro y ejecución de su hijo Fernando? ¿A qué temen los cresos mexicanos, que deben estar rodeados de cuerpos de seguridad? Ser rico no te hace impune a la desgracia, ser parte de una comunidad próspera disminuye los porcentajes de accidentes fatales para ti y tu familia. No lo entienden ni lo aceptan. La prosperidad de una nación requiere de empatía. Pero los mexicanos somos fieles a nosotros mismos, despreciamos a los pordioseros, y a esos habitantes de los pueblos originarios los siguen viendo como “pinches” indios. El modelo político y la idiosincrasia criolla los han explotado por sistema.

mexicolectivo ofrece diversos senderos que, de recorrerlos como una patria unida, pudieran ayudarnos a convertir en realidad ese anhelo de ser una nación próspera, optimista, empática, capaz de facilitar a nuestros nietos y bisnietos una vida digna y con perspectivas de cultura y creatividad. Tener con que, no debe traducirse en apoltronamiento.

Del desarrollo económico, indica que si bien: México ha elaborado un nuevo consenso económico que lo coloca en una ruta de crecimiento y desarrollo para la siguiente década, habrá de confrontarse con obstáculos reales (baja inversión pública, baja carga tributaria, bajo nivel de intermediación financiera, ausencia de política industrial, un tipo de cambio que no es competitivo) para dar paso a un evolución prudente, pero decidida, hacia otro modelo volcado en el crecimiento, compatible con los objetivos del Desarrollo Sustentable 2023 de la ONU, cuyo eje orientador es el ascenso de los ingresos de los mexicanos a través de su trabajo.

En cuanto al trabajo y retiro dignos, el diagnóstico no puede ser más claro: 61 por ciento de la población vive de su empleo, tres por ciento gracias a otro tipo de ingresos; sólo 16 por ciento se sostiene de las transferencias de los programas sociales. Esto tiene que cambiar.

Quienes aportan soluciones para el impulso al desarrollo agroalimentario y forestal, saben que ese sector continúa enfrentando desafíos que “intentaron ser resueltos en el pasado a través de políticas públicas que no tuvieron continuidad ni objetivos claros, lo que resulta en un área de desarrollo rezagada y que no ha alcanzado el pleno desarrollo de su potencial”.

La Encuesta Nacional de Vivienda 2020 indica que al menos 3.1 millones de los hogares censados reportaron dificultades económicas para solventar los gastos del crédito hipotecario o de renta. Según el Censo, hay 35 millones 219 mil 141 viviendas, 53 por ciento construidas con cemento, 43 por ciento con madera, y 35 por ciento con tierra. En una nación de 120 millones de habitantes, ya nos podemos imaginar la dimensión del desafío.

Este problema de la hacienda pública es, quizá, el de más difícil solución, porque atañe a la relación de dos poderes: el público y el privado y, ahora, de un tercero: el poder económico de la delincuencia organizada. Y si a eso añadimos que los gobiernos gastan más de lo que ingresa, podemos darnos cuenta de la verdadera necesidad de aplicar con rigor la ley fiscal.

El dilema del desarrollo urbano nos lleva a la contradicción de lo que es la esencia del proyecto de nación. Se calcula que en 2030 el 91.5 por ciento de la población vivirá en las ciudades. ¿Quiénes, entonces, impulsarán el tan necesario crecimiento agroalimentario? ¿La inteligencia artificial? ¿Los migrantes, para copiar el esquema de Estados Unidos? ¿Cómo desalentarlos?

El turismo como fuente de ingresos ahora es garantía de desarrollo, porque además de los visitantes extranjeros, que han llegado a sumar 40 millones anuales, los mexicanos buscan conocer su país, en todos sus ámbitos.

Siete son los caminos que mexicolectivo identifica para lograr la prosperidad, pero lo más importante es saber qué tan dispuestos están los dueños del dinero en aportar voluntad e incrementar salarios y pagar impuestos, para que su país continúe incrementando las fortunas de que disfrutan; qué tan dispuesto está el gobierno en vigilar que su cumpla la seguridad jurídica y en garantizar la paz social, y cómo lograrán que el dinero negro se convierta en inversión sin causar envidias en Estados Unidos, y sin que los funcionarios públicos se hinchen.

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