- Humillación como ejercicio del poder
- Por Gregorio Ortega Molina
RedFinancieraMX
*El regreso a un autoritarismo falaz no es la puerta abierta que nos conduce a encontrar solución a los problemas, sino el acceso a un espacio cerrado en el que las respuestas no existen, porque así lo dispone quien manda
Humillación como ejercicio del poder
La contradicción está a la vista. El miércoles 12 de febrero el presidente constitucional de México, convoca a un selecto grupo de empresarios a que le entre con su cuerno, porque el gobierno necesita de ese dinero para sus programas sociales, y sólo 4 días después, el domingo, advierte que ya no es poderoso caballero el dinero. ¿Los necesita, o no?
Imposible saber cuál será el desenlace real de esta faramalla política, en la que AMLO hace como que dejó de ser florero, y los barones del dinero dejan sentir que lo escuchan y atienden sus solicitudes, pero el resultado inmediato es la incertidumbre, por más que Alfonso Romo, Carlos Slim y Carlos Salazar Lomelí lo festinen y sonrían.
Lo único verídico de este asunto de dinero, es que la mayoría de los seres humanos están dispuestos a las más abyectas de las humillaciones por acceder a él, desde nimias cantidades para pasar el día, hasta las que permiten los excesos y caprichos, como aquel de Arsenio Farell Cubillas, de no usar jamás dos veces el mismo par de zapatos.
La humillación facilita muchas cosas, pregunten si no a esos hombres y mujeres que practican el oficio más viejo del mundo. Son muy pocos los que logran hacerse mantenidos, o establecerse como cortesanos y cortesanas de lujo. De cualquier manera, prostituirse por mucho o por poco, es humillante para quien debe hacerlo, y me supongo que también para quien paga.
El presidente de la República, con razón o sin ella, se niega a dar la lista de los empresarios que aceptaron el trueque de lana por impunidad, pero el hecho de que así lo haga, permite suponer que está lejos de haber logrado los resultados que esperaba, y es lógico, porque los barones del dinero pueden, saben y aceptan humillarse, pero no en público y, además, muchos de ellos llegaron ya a niveles de seguridad jurídica y fiscal que les permiten evadir la necesaria humillación para seguir vivos en lo que hacen.
En este ámbito las lecciones de la historia -también de la histeria- son terribles. En su pánica interno, en su rabieta e inseguridad, José López Portillo estatizó el sistema bancario… quizá el resultado final fue Fobaproa.
Hay, ya hay fuga de capitales, la inseguridad jurídica se palpa, la industria de la construcción, que mide los niveles del desarrollo económico, está caída, pero quienes mandan insisten en que México entero confía en esta tan ansiada 4T. Olvidaron lo esencial.
En El hombre rebelde, Albert Camus anotó: “La reducción del hombre a objeto de experiencia, el reglamento que establece la relación de la voluntad de poder entre el hombre objeto, el ámbito cerrado de esta monstruosa experiencia, son lecciones que los teóricos del poder encontrarán otra vez, cuando tengan que organizar el tiempo de los esclavos”.
El regreso a un autoritarismo falaz no es la puerta abierta que nos conduce a encontrar solución a los problemas, sino el acceso a un espacio cerrado en el que las respuestas no existen, porque así lo dispone quien manda.
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