- El nuevo mandatario pudo tomar posesión del cargo, tras una jornada caótica
RedFinanciera
Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala después de un retraso de más de ocho horas, en una jornada caótica que llevó a líderes internacionales a expresar su respaldo al mandatario y a demandar el respeto a la democracia.
Pasada la medianoche, Bernardo Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera asumieron sus funciones en el Teatro Nacional. En la ceremonia estuvieron presentes el presidente de Colombia, Gustavo Petro, la canciller mexicana Alicia Bárcena, el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, así como el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Arévalo juró el cargo, que desempeñará durante los próximos cuatro años.
El diputado Samuel Pérez, de Semilla, de 31 años, fuera electo y juramentado para dirigir el Congreso en el periodo 2024-2025, fue el encargado de juramentar a Arévalo. Con la mano izquierda sobre la Constitución, Arévalo juró lealtad, fidelidad y obediencia a la Constitución. “Queda usted legal, legítima y solemnemente en posesión del cargo de presidente de la república de Guatemala para el periodo 2024-2028”, dijo Pérez, mientras el público lanzaba una ovación.
Alejandro Giammattei, el presidente saliente, no estuvo presente en la ceremonia y tampoco asistió al Congreso. En cambio, envió los símbolos presidenciales, como la banda, el bastón y el collar presidencial, solicitando que se diera por concluido su mandato poco antes de la medianoche. Fue el presidente entrante, Pérez, quien impuso la banda presidencial al nuevo mandatario, colocándole el collar y entregándole el bastón de mando.
La ceremonia de toma de posesión tuvo lugar después de una sesión parlamentaria inédita que retrasó la investidura por más de ocho horas. Los diputados de la legislatura anterior y la nueva se vieron inmersos en discusiones y votaciones a favor y en contra de la minoritaria bancada de Arévalo.
La incertidumbre del día llevó a la comunidad internacional a instar al Congreso a respetar la voluntad expresada por los guatemaltecos en las urnas.